Capítulo 6

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JUNGKOOK
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A medida que la tarde avanzaba y el sol comenzaba a bajar, se me ocurrió una idea para romper la rutina. Me acerqué a Tezzy, que estaba recostada en la barandilla, disfrutando del mar. Con una sonrisa en el rostro, le dije:

—Oye, ¿qué te parece si jugamos a algo para pasar el tiempo? No sé, algún juego que pueda distraernos un poco.

Tezzy levantó una ceja y me miró con escepticismo.

—¿Qué tipo de juego? No quiero que me hagas perder el tiempo con algo aburrido.

—Prometo que será divertido —le aseguré, tratando de mantener un tono ligero—. Podemos jugar a "Yo nunca". Es un juego en el que cada uno dice algo que nunca ha hecho y el otro tiene que beber si lo ha hecho.

Ella me miró con desdén.

—¿De verdad crees que voy a beber algo en medio de una apocalipsis? A lo mucho tendríamos que tomar agua de mar.

—¡Eso sería un desastre! —exclamé, riendo—. Entonces, ¿cómo te suena un juego de adivinanzas? Yo digo una pista, y tú tienes que adivinar de qué estoy hablando. Si no lo adivinas, tienes que contarme algo vergonzoso sobre ti.

Tezzy suspiró con una sonrisa a regañadientes.

—Eso suena un poco más decente. Pero no prometo ser amable si tus adivinanzas son malas.

—Trato hecho —dije, tratando de ponerme serio. —Primero, algo fácil: Es algo que te puedes comer, pero no es comida, y te ayuda a mantenerte despierta.

Tezzy pensó por un momento, luego dijo con un tono burlón: —¿Café? ¿O eres tan torpe que no sabes lo que estás diciendo?

—¡Exacto! —exclamé, sorprendido por su respuesta rápida—. Ahora, tu turno.

Ella se cruzó de brazos y se inclinó hacia adelante, mirándome con una mezcla de desafío y diversión.

—Está bien, prueba esto: Es algo que puedes ver pero no tocar, está siempre en el cielo y parece que está lleno de estrellas.

—Eso es fácil —dije con confianza—. Es el cielo.

—¿Qué? —dijo, haciéndose la sorprendida—. ¿En serio? No pensaba que fueras tan bueno. Pensé que necesitaría una respuesta más complicada.

—Oh, por favor —contesté con una sonrisa—. No subestimes mis habilidades.

Nos reímos juntos, y por primera vez en mucho tiempo, la tensión se disipó. Aunque Tezzy seguía siendo un poco arisca, me di cuenta de que su actitud mordaz también tenía un atractivo propio. No solo era una manera refrescante de pasar el tiempo, sino que también me estaba empezando a gustar su forma de interactuar.

—Así que, ¿qué más tienes para mí? —preguntó ella, mirando el mar mientras yo seguía pensando en nuevos desafíos.

—Vamos a ver —dije con una sonrisa—. ¿Qué tal si hago una pregunta que ponga a prueba tu ingenio? ¿Cuál es el objeto que más odias pero que nunca puedes evitar usar?

Ecos De Supervivencia © JEON JUNGKOOK | 𝗖𝗢𝗠𝗣𝗟𝗘𝗧𝗔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora