Capítulo 7

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TEZZY
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A la mañana siguiente, el suave vaivén del velero me despertó. Al principio, no estaba segura de si era real o simplemente mi mente jugándome una mala pasada después de todo lo que había pasado la noche anterior. Pero cuando abrí los ojos, me di cuenta de que el viento finalmente estaba de nuestro lado. La brisa era más constante, inflando las velas y empujándonos lentamente hacia adelante.

Me incorporé con cuidado, sintiendo el ligero mareo que siempre acompaña al despertar en el mar. Miré alrededor, asegurándome de que todo seguía en su lugar, y luego dirigí mi atención hacia mi mochila. Saqué una botella de agua y mi cepillo de dientes, necesitando algo tan simple como esa rutina para mantener mi mente enfocada y alejada de los pensamientos oscuros que habían plagado la noche.

Mientras me lavaba los dientes, mis ojos se posaron en Jungkook. Estaba dormido en la pequeña carpa improvisada que había montado la noche anterior, su cuerpo relajado, su respiración profunda y tranquila. Era extraño verlo así, tan vulnerable, después de todo lo que habíamos pasado juntos. A pesar de lo que habíamos vivido, había algo en él que siempre parecía mantener la calma, como si nada pudiera derribarlo.

Por un momento, simplemente lo observa, dejando que la paz de la mañana llene el espacio entre nosotros. Era raro tener un momento así, un respiro en medio del caos, y me encontré apreciándolo más de lo que hubiera admitido. Había algo en su presencia que, a pesar de las tensiones, me hacía sentir un poco menos sola.

Mientras me enjuagaba la boca, la sensación pegajosa de la sal en mi piel me hizo recordar cuánto deseaba un baño. Miré a mi alrededor, pero el mar que nos rodeaba no ofrecía ningún alivio. Agua, agua por todas partes, y ni una gota que pudiera limpiarme de verdad. Suspiré, resignada. No tenía más opción que soportarlo un poco más. La necesidad de mantenerme funcional y de no desperdiciar recursos innecesariamente era más fuerte que mi deseo de sentirme limpia.

Me arrodillé junto a nuestras provisiones, decidida a hacer un inventario para saber exactamente con qué contábamos. Habíamos sido cuidadosos, pero la realidad era implacable. Quedaban solo dos latas de frijoles. Las sostuve en mis manos, sintiendo su peso. No era mucho, pero con un poco de suerte, podría bastarnos para mantenernos durante un par de días más.

El agua era otra preocupación. Tenía tres botellas más en mi mochila, lo que era algo, pero no lo suficiente como para sentirme tranquila. Miré la mochila de Jungkook, dudando por un instante antes de revisarla. Sabía que no le gustaría que lo hiciera sin su permiso, pero la situación era demasiado urgente para preocuparme por formalidades.

Encontré seis botellas más en su mochila. Sentí un ligero alivio al saber que, al menos por ahora, teníamos suficiente agua para no deshidratarnos. Aún así, la escasez de recursos comenzaba a pesar sobre mí, y el conocimiento de lo limitada que era nuestra situación se sentía como una sombra que no podía sacudir.

Fue en ese momento cuando escuché un movimiento detrás de mí. Al girarme, vi a Jungkook despertándose, estirándose dentro de su improvisada carpa. Su cabello estaba desordenado y sus ojos todavía mostraban signos de cansancio, pero había algo en su mirada que me hizo sentir un poco más segura, como si, a pesar de todo, mientras estuviéramos juntos, había esperanza.

—Buenos días —saludé suavemente, tratando de no sonar demasiado preocupada mientras cerraba su mochila—. El viento parece estar a nuestro favor hoy.

Ecos De Supervivencia © JEON JUNGKOOK | 𝗖𝗢𝗠𝗣𝗟𝗘𝗧𝗔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora