Capítulo 10

37 6 0
                                    

JUNGKOOK

▬▬ι══════════════ι▬▬



El sonido de las explosiones y el rugido de las llamas se desvanecieron, dejando solo el pesado silencio de la devastación. Me quedé arrodillado junto a Tezzy, su cuerpo aún caliente por el esfuerzo y el fuego que nos había rodeado. La sostuve con fuerza, esperando algún signo de vida, algún movimiento que me indicara que todavía estaba conmigo.

—Tezzy... —susurré, mi voz rota por el miedo y la desesperación—. Por favor, no me dejes.

Sus ojos se abrieron débilmente, y un leve suspiro escapó de sus labios. Su mirada estaba nublada, pero aún había una chispa de vida en ella. A pesar de todo, ella había sobrevivido. Pero el estado en el que estaba me partía el alma. Su cuerpo estaba agotado, y el dolor que debía estar soportando era inimaginable.

—Jungkook... —murmuró con dificultad, su voz apenas audible—. No llores... por favor.

Las lágrimas ya estaban cayendo por mis mejillas, incontrolables. La tomé de la mano, apretándola suavemente, como si con eso pudiera transferirle algo de mi fuerza, algo que la mantuviera aquí conmigo.

—Lo lograste, Tezzy. Las naves están cayendo. Lo hiciste... —intenté sonreír, aunque mi corazón estaba destrozado por verla así.

Ella asintió débilmente, pero la sonrisa que intentó formar era más un gesto de consuelo para mí que de satisfacción. Sabía que su cuerpo estaba al límite, y cada segundo que pasaba parecía acercarla más al borde de la consciencia.

Los soldados que habían logrado sobrevivir al ataque se acercaron lentamente. Vi en sus rostros la misma mezcla de admiración y tristeza que sentía yo. Ellos también sabían lo que Tezzy había hecho, y lo que ese sacrificio significaba para todos nosotros.

Uno de los médicos corrió hacia nosotros, empujando a los demás para llegar a ella.

—¡Déjenme pasar! —gritó, comenzando a revisar a Tezzy rápidamente.

—Tiene que sobrevivir... —dije, mi voz quebrada mientras observaba al médico trabajar frenéticamente. No podía perderla, no ahora.

El médico hizo lo posible, pero vi en sus ojos la desesperanza. Cada vez que intentaba estabilizarla, parecía que la vida se escapaba de Tezzy un poco más. Finalmente, se detuvo y me miró.

—Está muy débil... —dijo el médico en un susurro—. Necesita atención urgente, pero no sé si podrá aguantar mucho más.

Mis manos temblaban mientras la sostenía. La idea de perderla me destrozaba por dentro, pero también sabía que había hecho algo increíblemente valiente, algo que ninguno de nosotros podría haber logrado. Y esa era la razón por la que estábamos vivos.

—No te vayas, por favor... —le rogué una vez más.

Ella me miró, sus ojos llenos de una ternura que me rompió el corazón. Aun en ese estado, intentó tranquilizarme, a pesar de que la situación era cada vez más desesperante.

—Te... quiero, Jungkook... —susurró, con la voz casi apagada.

—Y yo a ti, Tezzy. No me dejes... por favor... —las palabras salieron entrecortadas, cada una de ellas cargada de un dolor que nunca había conocido.

Pero antes de que pudiera decir más, vi cómo sus ojos se cerraban lentamente, su respiración se volvía más suave, hasta que finalmente... se detuvo.

El mundo a mi alrededor pareció detenerse también. El caos de la batalla, el fuego, los escombros, todo se desvaneció mientras sostenía su cuerpo inmóvil. No podía creerlo. No quería creerlo.

Ecos De Supervivencia © JEON JUNGKOOK | 𝗖𝗢𝗠𝗣𝗟𝗘𝗧𝗔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora