SEVEN

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Después del abrazo largo que tuvieron madre e hijo en las escaleras, estos bajaron a almorzar con la familia para que así no preguntaran nada ni les pareciera sospechosa su ausencia. Aún así acordaron que dentro de un rato más conversarían al respecto de eso. Eloise pidió almorzar en su recámara debido a que aún sentía mucha ira dentro de sí, no le gustaría desquitarse con alguna de sus hermanas o hermanos.

Casa Featherington

Portia estaba que ponía el grito en el cielo. Aún no se podía creer que alguien tan apuesto como Lord Sharpe hubiera puesto los ojos en Penelope. Porque eso era lo que pasaba, ningún hombre iba con intenciones de visitar a una joven si no era por que le interesaba.

Su hija no carecía de inteligencia ni mucho menos de modales ya que era una señorita muy educada. Sin embargo, sin intención de ser cruel o algo parecido pero una mujer en su peso, era algo que un hombre no buscaba frecuentemente, por eso se sentía levemente sorprendida por la inclinación que Lord Sharpe había tenido hacia su hija.

Ese mismo día, un par de horas después. Llegó Lord James, quien también iba con la intención de buscar a Penelope.

"Buen día Lady Featherington, Señorita Featherington". El pobre hombre parecía estar más que nervioso ya que al momento de hacerles una reverencia, casi cae para el frente si no fuera porque Varley alcanzó a tomarlo del brazo.

"Buenas tardes, mi Lord. Es un gusto recibirlo por aquí, ¿A qué debemos su agradable visita?". Portia fue la que habló, algo confusa para ser verdad debido a la inesperada visita de otro caballero.

Para nadie era un misterio que el hombre presente era una persona tímida y torpe la mayor parte del tiempo, su nombre era Lord Christopher James. Aún así siempre ha sido un hombre muy amable y todo un sabiondo cuando se trataba de las estrellas, constelaciones y todas esas cosas que tenían que ver con la astronomía. Penelope lo saludo con una sonrisa y una reverencia también. Le pareció algo tierno el verlo tan nervioso, pareciera que las palabras simplemente no le salían.

"Me gustaría cortejarla. No me refiero a usted, sino a su querida hija". Así que de eso se trataba su nerviosismo, era la petición lo que le estaba haciendo que jugara con el reloj de bolsillo que tenía en un costado de él.

Ambas presentes quedaron sin habla y con una expresión de sorpresa en el rostro. No tenía ni una semana de haber comenzado la temporada y ya había, no uno, sino dos hombres interesados en Penelope. El recibidor se había quedado en un total silencio hasta que Portia decidió contestar a su propuesta, todo la decisión de no rechazar la primera propuesta oficial de su hija.

"Por supuesto que sí, Lord James. Estaré más que maravillada de aceptar la propuesta de cortejo que me solicita". Una sonrisa fingida apareció en su rostro, no esperaba que un hombre que nunca se le había visto interés en las jovencitas de la sociedad, como era el caso de él, pidiera tal cosa. Aún así sabía que él era un buen partido si hablaban de su gran riqueza.

Penelope aún se encontraba muy sorprendida por tal petición. No era nada nuevo que nadie se fijara en alguien como ella, más aparte nunca antes había podido experimentar el que alguien pudiera cortejarla. Para nada le disgustaba la idea ya que había sido el primero después de tanto tiempo como solterona.

No conocía muy bien a Lord James, solo sabía que era un buen hombre y que la mayor parte del tiempo se encontraba más que escondido en su casa, que estando presente en los eventos de sociedad.

Para nada era un hombre feo. Era demasiado apuesto y lo que más resaltaba en él era su sonrisa de hoyuelos. Era un nombre alto, con cabellos negros y unos ojos muy bonitos con tonalidades azules y verdes.

All Too WellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora