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Al sonar el despertador a las ocho en punto de la mañana, unos piececitos regordetes y descalzos se mueven sobre el piso frio. El pequeño Pato se dirige a la habitación de su bonito padre para cumplir con su misión del día.

¡Despertar a papi!

El pequeño pelinegro se cuelga de la manija de la puerta de la habitación de su padre para poder abrirla, parándose de puntitas para poder lograrlo. Con cuidado el pequeño rodea la cama de su padre y con la ayuda de sus cortitas piernas logra subirse y llegar a la cama, donde su papi se encuentra profundamente dormido.

-Papi-Le pica la mejilla con la intención de despertarlo, pero su padre ni se inmuta. Decide removerlo como puede, pero tampoco tiene éxito, así que recorre su última opción - ¡Papi! - Grita lo más alto y fuerte que puede.

Su padre se levanta de golpe, aún desorientado busca con la mirada a la personita dueña de esa voz chillona. Iba a salir disparado de la cama, pero Checo se detuvo en cuanto observó a su hijo con su pijama de osito, sonriendo le tiernamente sentadito frente a él.

-¡Buenos días papi!

El alma le regresa al cuerpo.

-Buenos días, mi príncipe travieso- Checho tomó por los costados a su pequeño, sentándolo en su regazo - ¿Dormiste bien, mi amor? -  Checo le pregunta tiernamente, mientras que Pato asiente sonriendo y abraza el cuello de su padre.

- ¡Dormí muuuy bien papi! ¡no tuve pesadillas! ¡El señor osito me cuidó!

-Eso me alegra muchísimo, mi amor- besó la mejilla de su pequeño - ¿Qué te gustaría desayunar?

-¡Hotcakes!- Pato alza sus bracitos al aire.

-¡Hotcakes!- Checo repite su acción.

Con cuidado, Checo baja de la cama con Pato en sus brazos y ambos cantando alegremente una canción infantil se dirigen a la cocina. El omega sienta a su pequeño en su sillita especial y se dirige a preparar el desayuno no sin antes darle un besito en la frente a su pequeño.

Cuando finalmente el desayuno estuvo listo, se sentó a disfrutar los hotcakes mientras criaba a Pato y jugaban al avióncito.

Cuando terminaron de desayunar, ambos se dirigieron al baño para cepillarse los dientes y quitarse sus pijamas. Cuando bajaron a su pequeña sala, Pato le pidió ver tierra de osos (nuevamente) era la película favorita de ambos así que no se negó al pedido de su hijo. Cuando ambos ya iban por la mitad de la película la puerta sonó así que con pereza, Checo se dirigió a abrir.

Era su hermano y cuñado.

- ¡ Tío Charlie! - Pato salió disparado hacia los brazos del castaño.

-¡Bebé!- Charles empujo a su pareja para poder sostener entre sus brazos de forma correcta a Pato. - ¡Te extrañé, cielito!

-Al parecer el dúo inseparable no me quiere- Carlos puchereo —Hola hermanito ¿tú si me quieres?— Carlos se dirigió a Checo, quien rió para después acercarse y abrazarlo.

-¿Qué hacen aquí? ¿No tienen trabajo?- pregunto al separase del abrazo.

- ¿Acaso no quieres que vengamos de visita?- Carlos fingió estar ofendido.

-¡NO!- negó rápidamente - Es que la mayoría del tiempo andan muy ocupados, siempre vienen los fines de semana...

- Queríamos verlos- Carlos respondía y sonrió al ver la tierna escena de Charles siendo atacado por los besitos de Pato - Charlie los extrañaba mucho y yo también.

El omega castaño se acercó con el pequeño Patito colgado cómo un koala en su cuello.

-Hola, Chequito - Saludó - Perdona por no saludar antes, Patito se robó mi atención— el omega puchereo. 

Stupid Boss ❤️ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora