Salí de aquella enorme casa, mansión o como sea que se le llame a un hogar con un tamaño tan grande como ese.
En realidad yo no tenía tantas cosas que traer, pero aún así debía hacerlo. Me monte en mi bicicleta y pedalee con rapidez haya llegar a mi pequeño hogar, una pequeñita casa en la que vivía sola, recogí mis cosas y las guarde en una caja y el resto en una pequeña maleta.Levanté mis zapatos del piso y los metí en la caja son molestarme en que todo quedara ordenado. Salí de casa y coloque la caja en la parte trasera de mi vehículo y me colgué la maleta a la parte de enfrente, tampoco es como sí mi maleta fuera enorme.
De regreso a la mansión del guapísimo Justin, las personas no disimulaban nada al ver mi cargamento, pero claro que no me importo, yo era una chica que difícilmente se intimidaba por lo que los demás pudieran decir sobre mi. Así que sin importar cuanto me miraban, o la forma en la que lo hacían me dirigía a la mansión.
Está vez el camino fue más cansado, y no sólo portee llevara peso extra, sí no que también había ido a casa como loca y ahora estaba agotada.
Pero al final llegue y sin nombre me hizo pasar para ser recibida por señora gruñona que ahora sabía que se llamaba Elie.
Ella seguía mirándome de la manera, me pidió que trajera mis cosas y caminamos dentro de la enorme casa.
-Espero que el señor Bieber no se arrepienta contigo - dijo caminando escaleras arriba - luces tan torpe
Abrí la boca sorprendida por lo que ella había dicho.
-oye! El hecho de que sea joven no quiere decir que sea torpe
Y en ese momento llegamos al último escalón, y como sí el destino me hiciera una mala jugada, mi maleta cayo al piso y tropecé con ella, cayendo de rodillas.
-Auch - me queje quedando sentada sobre la alfombra roja.
Elie levanto mi vieja caja y se la lavo por el pasillo.
-date prisa, no tengo toda la tarde
Se quejó mientras yo seguía sobando mis rodillas lastimadas, la alfombra había evitado que me cortara, pero aún así me dolía.
-¿qué haces ahí tirada Samantha?
La voz de Señor Justin me hizo levantar la cara.
-Me caí -casi chille
El sonrió y negó con la cabeza, se inclinó y me dio la mano para ayúdeme a ponerme de pie.
Me jalo con tanta fuerza que fue como sí hubiese levantado un trapo viejo, mi pecho chico contra el suyo y pude ver más de cerca sus ojos.
Ay.
Que bonitos ojos, Señor Justin.
El sonrió, indiferente a lo que yo estaba pensando, se alejó de mi y levanto mi maleta.
-Vamos, Elie te ha dejado atrás
El comenzó a caminar y fui detrás de el, mi rodilla derecha aún dolía mucho, y fruncía las cejas con cada paso que daba.
Llegamos a una puerta blanca al final del pasillo y Elie salió de ahí.
-la otra... maleta de la chica está dentro -le informo a Justin- iré a la cocina
-está bien Elie -el dijo sonriendo.-está es tu habitación Samantha
-Sam -le recordé rodando los ojos.
Justin se rió.
-bien Samantha, baja en media hora al comedor para cenes conmigo y los niños
-¿Porque me llamas Samantha, Señor Justin? -le pregunte cuando el se dio la vuelta para irse.
Giró la cabeza y me sonrió de lado... hay Dios, que lindo.
-¿Por qué sigues llamándome Señor Justin, Sam?
Abrí la boca como una boba viendo su sonrisa y sus labios infantiles, sonrió ampliamente enseñando los dientes y me dejo ahí, babeando por el.
NOTA DE LA AUTORA
Ya notaron que al inicio el nombre de Sam era katya (katy) bueno y como ese es mi nombre decidí cambiarlo por Sam, no crean que me equivoque, jaja en el transcurso de estos días le cambiaré el nombre de la protagonista a los capítulos que ya estaban escritos.Los días que actualizare está novela serán los lunes y viernes, pero como no había actualizado hace mucho este fin de semana subiré uno por día (sí puedo dos)
Los protagonistas obviamente son Justin Bieber y Vanessa Hudgens.
Para más capítulos no se olviden de:
Votar, comentar y compartir para que cada día sean más lectores y lectoras :)
ESTÁS LEYENDO
Contrato de Princesa
FanficPrólogo: ¿Qué haces cuando no tienes nada ni a nadie en la vida? Cuándo estas sola. Cuándo nadie te necesita pero tu necesitas de todos. Eso, eso le pasa a ella. Pero lo mejor de todo es que algunas veces encuentras a tu príncipe donde menos lo im...