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Llegue a la ciudad más cercana que encontré. Sus edificios me hacían sentir muy pequeña. No habia tantas luces, solo unas pocas que iluminaban el camino.

Unas gotas empezaron a caer del cielo, mi paso era lento y mi cabeza estaba gacha; el viento soplaba fuerte haciendo que mi cabello flotara.

Necesitaba encontrarlo y lo único que tenía en mi mente era su mirada.

*Narrador omnisciente*

Sentía su presencia cerca, él lo hacía. Era como un imán que lo llevaba a ese lugar.

Su cabello negro se revolvía al compas del viento, sus ojos grises brillaban por el deseo de encontrarla.

-¿Dónde estás?-le pregunto a la nada.

A lo lejos vio una figura tratando de caminar entre el viento. Su pelo castaño se revolvía detrás de ella y se notaba que estaba cansada.

El chico empezó a acelerar su paso; era ella, al fin la habia encontrado.

*Narración normal*

Sentí pasos y calor en mi hombro. El miedo se apodero de mí y mire al causante de eso. Un cosquilleo en mi cuerpo y luego un alivio.

Él estaba ahí parado entre las sombras de las luces. Sus ojos grises hacían contacto con los míos. A esto se refería mi padre.

*FLASH BACK*

-Cariño.-me llamo mi padre.

Yo estaba jugando con mis muñecas. Para tener 8 años ya era bastante inteligente.

-¿Qué pasa papi?-pregunte sentándome a su lado en el jardín.

-¿Recuerdas lo que te conté la otra vez?-preguntó.

Yo asentí acordándome de la historia de la luna.

-Bueno, habrá también un chico al que tendrás que salvar. Cuando sus miradas se unan sentirás un cosquilleo en tu interior y te sentirás completa. Tu mundo se parara unos segundos y luego veras sus ojos como si fueran la cosa más hermosa del mundo.-dijo el mirando hacia el sol.

Yo lo observaba como si sus palabras fueran las más sabias del mundo y lo eran.

*FIN FLASH BACK*

Sentí como mi mundo se paro y luego los observe como si fueran la cosa más hermosa del mundo.

*Narrador omnisciente*

Esos ojos que él habia observado a lo lejos eran más hermosos de cerca. Sus pupilas se escondían en su iris.

Su boca entre abierta y su cabello desordenado la hacían ver una chica muy linda, cosa que ya era.

-Vámonos.-fue lo primero que se le ocurrió decir.

Ella sin dudarlo lo siguió, ella lo seguiría hasta el fin del mundo si era posible, esos ojos la habían enamorado. Pero lo que no sabía era que él no podía enamorarse de nadie, porque sino... moriría de la manera más cruel posible.

Perdida en las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora