Salv | Nohyuck

06

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Núcleo Central Planeta Calluvia

—Era la única opción, Renjun.

El príncipe Renjun Huang frunció los labios, todavía mirando al hombre inconsciente en la cama del hospital. 

—¿Lo era? —Dijo en voz baja—. Tuvimos que actuar sin su consentimiento.

—Porque no estaba en condiciones de darlo —dijo su esposo, tomando su mano y apretándola.

Renjun volvió la cabeza y sonrió débilmente a Jisung, su sonrisa se volvió más genuina cuando la mirada de su esposo sostuvo la suya. Fue un poco vergonzoso que el solo hecho de mirar a los ojos oscuros de Jisung lo afectara así. Todo se sintió mágicamente mejor cuando Jisung estaba cerca y lo miraba.

—Lo sé —dijo Renjun con un suspiro, apoyando la cabeza en el hombro de Jisung e inhalando profundamente su aroma familiar. Lo consoló—. Pero el doctor Kim dijo que este procedimiento era demasiado arriesgado. ¿Qué pasa si no recuerda nada cuando se despierta? 

Jisung le dio un beso en la cabeza.

—Entonces lo ayudaremos a recordar. Al menos ha vuelto a la normalidad ahora, ya no es una bestia sin sentido. 

Renjun frunció el ceño. 

—No era realmente una bestia sin sentido cuando lo encontramos en el bosque.

Fue de lo más desconcertante. Aunque Jeno no lo había reconocido, claramente era capaz de al menos algo de pensamiento cognitivo, que era un estado mucho mejor que el que tenía cuando escapó del hospital meses atrás.

Joder, había tantas cosas que todavía no entendían.

Comenzando por el misterioso mensaje anónimo con el paradero del salvaje Xeus (el mensaje que aún no habían podido rastrear hasta su origen, que sugería el trabajo de un hacker altamente calificado) y terminando con el hecho de que Jeno olía desconocido cuando Renjun y su gente lo encontraran en el bosque.  

Renjun miró a su primo inconsciente con el ceño fruncido. El olor de Jeno era normal ahora después de las modificaciones genéticas avanzadas que lo habían obligado a transformarse de nuevo en un hombre, pero aún era extraño que hubiera tenido un olor ligeramente diferente en el bosque.

Los médicos dijeron que parecía que habían experimentado con Jeno, que probablemente era la razón por la que su olor había cambiado y la razón por la que era menos una bestia sin sentido de lo que había sido meses atrás.

Todavía tenía poco sentido.

—¿Qué crees que le pasó? —Dijo Renjun—. ¿Quién experimentaría con él? ¿Por qué?

Jisung tarareó. 

—El Servicio Secreto lo está investigando. Ojalá lo averigüemos pronto.

Renjun hizo una mueca. 

—Si mi padre se digna a decirnos algo. Sabes que ya no tengo autoridad sobre el Servicio Secreto.

Su marido volvió a apretarle la mano. No necesitaba decir nada para que Renjun sintiera su apoyo a través de su vínculo de apareamiento. Cuando Jisung lo estaba tocando, era difícil de importar que el rey ya lo hubiera repudiado.