Lemonade Mouth ✴︎ Mason Thames ✓

12. Fearless

✶ . ࣪ ׅ  chapter twelve
FEARLESS

— Superen eso — rió Alan, saliendo del escenario.

Ya estábamos en Rising Star y Mudslide Crash acababa de actuar, había sido increíble.

— Lo haremos, créeme — aseguró Alex.

Alan soltó una risa y se pasó por nuestro lado. Thomas murmuró un "suerte".

— Damas y caballesros... ¡Lemonade Mouth! — habló el presentador de Rising Star.

Nos miramos entre nosotros y Alex y yo nos colocamos la guitarra y el bajo. Salimos al escenario con el público animándonos, divisé a mis padres a lo lejos.

Empezamos con "Determinate", pero cuando Stacey intentó cantar, no podía, seguía muy afónica y era imposible. Además, yo seguía resfriada y no paraba de toser, no podía tocar así.

— Lo siento... — susurró Stacey, dejando de cantar, Alex se acercó y le susurró unas palabras de ánimo en el oído, pero ella negaba con la cabeza.

Justo cuando estábamos a punto de abandonar el escenario, escuchamos a una chica cantar en el público, y se le unió otro chico, incluso vi a los padres de Ravi cantar. Escuchamos una guitarra eléctrica y al girarnos vimos a Thomas entrar en el escenario.

Y pronto, todo el público estaba cantando "Determinate", y nosotros solo podíamos quedarnos ahí con unas sonrisas y lágrimas en los ojos y tomarnos de las manos.

No ganamos Rising Star pero ganamos algo más importante aquella noche.

— Prometedme que no me veo ridículo — pidió Ravi, era la boda de su padre y su madrastra, y él y su hermana pequeña se iban a encargar de llevar los anillos al altar.

El jardín de los Sharma estaba precioso, con luces blancas colgadas entre los árboles, flores frescas en cada rincón y sillas elegantemente dispuestas en hileras para los invitados. Ravi llevaba un pequeño esmoquin negro, con una corbata de lazo que parecía estar un poco demasiado ajustada. Estaba nervioso, lo notaba en la manera en que sus dedos jugueteaban con el borde de su chaqueta.

— No te preocupes, te ves genial — le aseguré, dándole un golpecito en el hombro. — Además, tu hermana te va a robar todo el protagonismo de lo adorable que se ve.

Ravi soltó una risa nerviosa y miró hacia su hermana pequeña, que estaba a unos metros de distancia, jugando con los pétalos de rosa en su canasta.

— Eso es cierto — admitió con una sonrisa. — Aunque, honestamente, prefiero que ella sea el centro de atención.

— Bueno, hoy no se trata de ser el centro de atención — intervino Alex, ajustándose la corbata con algo de torpeza. — Se trata de celebrar. Es el día de tu papá y tu madrastra, y tú lo harás perfecto.

Ravi respiró hondo y asintió. Se veía un poco más tranquilo, aunque todavía podía notarse la tensión en sus hombros. La ceremonia estaba a punto de comenzar, y todos nosotros habíamos sido invitados para apoyar a Ravi y a su familia en este momento tan especial.

El sonido suave de la música comenzó a llenar el jardín, y todos nos dirigimos hacia nuestros asientos, dejando que Ravi y su hermana se prepararan para su gran momento.

La boda fue hermosa. Los votos, llenos de amor y promesas sinceras, resonaron en el aire mientras el sol empezaba a ponerse, tiñendo el cielo con tonos de rosa y naranja. Ravi caminó por el pasillo con su hermana de la mano, ambos concentrados en llevar los anillos sin tropezarse, y lo hicieron sin un solo error. Cuando llegaron al altar, todos sonreímos con orgullo.

Después de la ceremonia, nos reunimos en la recepción, que se llevó a cabo en una gran carpa blanca en el jardín. Había comida, música, y un ambiente de celebración que era imposible de ignorar. Mientras la noche avanzaba, todos nos relajamos y disfrutamos de la fiesta.

— Nunca pensé que diría esto, pero... — comenzó Mason, mirándome con una sonrisa mientras estábamos de pie cerca de la pista de baile — Esto ha sido una de las mejores bodas a las que he ido.

— Es la primera boda a la que has ido, ¿no? — le respondí con una risa.

— Exactamente por eso — dijo, riendo también. Luego, con un tono más suave, añadió: — Y estoy feliz de compartirla contigo.

Le devolví la sonrisa, sintiendo un calor reconfortante en el pecho. El día había sido largo, pero lleno de momentos inolvidables.

A medida que la noche avanzaba, la música en vivo comenzó a sonar, y Alex, siempre el más animado, nos arrastró a la pista de baile. Stacey, aunque todavía un poco afónica, no dejó que eso la detuviera, y pronto todos estábamos moviéndonos al ritmo de la música, riendo y disfrutando de la compañía.

En un momento de la noche, mientras bailábamos, sentí que alguien tiraba suavemente de mi brazo. Me giré y vi a Ravi, que se veía más relajado y feliz que en cualquier otro momento del día.

— Gracias por estar aquí — dijo, su voz llena de gratitud.

— No tienes que agradecer nada — respondí, abrazándolo. — Estamos aquí porque somos un equipo, ¿recuerdas?

— Sí, lo somos — dijo, devolviendo el abrazo con fuerza.

Nos quedamos allí, en medio de la pista de baile, rodeados de amigos, música y risas. Fue una noche de celebración no solo para la nueva familia de Ravi, sino también para nosotros. Habíamos pasado por tanto juntos, y esa noche, más que nunca, sentí que habíamos ganado algo mucho más importante que cualquier concurso.

Habíamos ganado una familia.

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