Comprometido

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Dos semanas.

Han pasado dos semanas desde que sucedio todo el alboroto entre el omega peliverde y el alfa rubio.

Katsuki cada día le enviaba mensajes a izuku y este solo lo ignoraba olímpicamente.
Su omega estaba en agonía por sentir la voz del alfa y su atención; pero izuku no planeaba caer tan rápido.

—Zuzu... Tu celular no deja de sonar.-

—Me vale madre.

—Sé que no.

—Sé que sí.

—¿De verdad no quieres una explicación?

—No.— Sí la quiere.

Su amiga simplemente lo mira preocupada; sabe que en el fondo está llorando por toda la situación.

Al principio sí; odio al alfa y libero groserías hasta el cielo durante este tiempo. Pero por el lado de izuku... Este solo ha llorado en su propio departamento y hasta en el hogar de shoto como una magdalena.

Ni siquiera recuerda cuantos kilos de helado se ha comido junto al pequeño omega en las tantas que le a llamado.

Pero su pensamiento cambio luego de que su esposo el día de ayer mientras conversaban dicho tema, comento algo que le hizo ver las cosas con otra "perspectiva."

¿Y si tal vez el alfa no olvidó la cita?

Tal vez simplemente la chica misteriosa era su hermana y tuvo un retraso por su empleo que le impidió llegar a la hora acordada.

Son unas de las cosas que tenya le comentó. Uraraka al oír estas posibilidades pensó solo en dos cosas:

Una: Afirmo que en el fondo ella ni siquiera lo pensó por un segundo todas esas opciones.

Y dos: Deseaba con todas sus fuerzas de que todo eso, fuera cierto. Porque a pesar de todo, lo único que deseaba y quería era ver a su amigo feliz.

Y sabía que ese pomeira rabioso le entregaría eso y mucho más.

—Izuku Midoriya. Estoy arta de tu actitud.— Uraraka ya estaba cansada de tanto drama; tomaría la situación como lo chismosa y entrometía que es.

—Tomarás tu jodido auto e iras al bar en donde trabaja.

—Me niego.

—¡QUE VAYAS DIJE!.— Izuku asustado por la actitud de su amiga se levantó en automático. Temblando como conejo.

Ella simplemente le tiró una chaqueta y las llaves del auto.

—Largo.

—A veces compadezco a Tenya.

—Yo igual.— decía Tenya en la cocina.

La castaña lo mando hacer la cena.

—Ay ya, lárgate.

Izuku simplemente afirmo con su cabeza y salió del hogar de sus amigos. Uraraka cansada de la situación se tiró al sofá como gelatina.

—¿Crees que le vaya bien?— tenya se acercó y deposito un tierno beso en su frente.

—Noup.

Y mientras Katsuki...

—Bro, necesito que firmes aquí.— Kaminari entraba con muchos papeles de pedidos para el bar.

—Que lo haga el tiburón. No me jodan.

—Dios santo, ¿sigues en modo "señora dramática"? ¡TAN SOLO VE A VERLO!

Exquisito Barman - °Katsudeku|°omegaversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora