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Estábamos reunidos en la cafetería de la escuela, como siempre. Armin había salido a comprar algo de comer. Desde hace un par de semanas, nuestra relación había empezado a ser más abierta y pública. De hecho, toda la escuela estaba al tanto de lo que pasaba entre nosotros, incluyendo a Annie...
–Ugh, me mortifica que todo el mundo sepa sobre lo de Armin y yo... -dije, frunciendo el ceño con preocupación-
–Ya sabes cómo funciona esto, los chismes y rumores son el pan de cada día -replicó Eren con una sonrisa sarcástica-
–Los chismes ya han de haber llegado a Annie... -Sasha dijo con una mirada de preocupación-
Mikasa asintió con seriedad –Annie al parecer solía sospechar solo que ahora que Annie sabe la verdad, las cosas podrían complicarse un poco.
–En qué forma se complicarán las cosas? -pregunte, con mi voz llena de inquietud-
Ymir y Eren respondieron al unísono, sus voces cargadas de preocupación –Annie es impredecible, su ego y orgullo la ciegan, ya sabes como es.
Después de unos minutos, Armin había regresado, pero había tardado más de lo normal
–¿Por qué tardaste tanto, Armin? -preguntó Eren, su tono insinuando que sabía que algo estaba mal.-
Armin se encogió de hombros, su respuesta fue vaga –Estaba muy lleno -dijo, pero su expresión lo delataba. Su mirada evasiva y su sonrisa forzada revelaban que estaba mintiendo-
Eren lo miró fijamente, su ceño fruncido en señal de duda.
–Ya veo... -dijo, su voz llena de sarcasmo, dejando claro que no se creía la excusa de Armin
El tiempo había pasado y el pequeño momento incómodo entre Eren y Armin se había esfumado. El timbre sonó, indicando que el descanso había terminado. Nuestros demás amigos ya se habían ido a sus respectivos salones, y solo quedábamos Armin y yo, como de costumbre.
–Annie me volvió hablar -soltó de repente-
–¿Eh? -respondí confundida.-
–Cuando fui a comprar el almuerzo, no fue nada especial -dijo Armin, nervioso –Pero le deje en claro que estoy en una relación, por eso tardé un poco más.
–Ah, Annie... -dije, insegura-
Armin notó la duda en mis ojos y se acercó a mí con una sonrisa tranquilizadora.
–Oyee, no tienes por qué dudar -dijo, su voz llena de convicción -sabes que solo te amo a ti, eres la única que ocupa mi corazón. No te cambiaría por nada en el mundo.
Mi corazón se derritió con sus palabras y respondí con ternura –Yo te amo mucho más -dije, mi voz apenas un susurro.
Armin sonrió y me tomó de la mano, su tacto calentando mi piel
