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Llegamos a la fiesta y, como era de esperar, Eren y Mikasa estaban juntos, rodeados de una química que parecía palpable. ¿Por qué no confesaban sus sentimientos? Era un misterio que solo ellos conocían.
La fiesta había sido organizada de manera repentina, Armin siempre me avisaba con anticipación cada que salíamos. Pero esta vez, todo parecía diferente. Armin se dirigió hacia Eren, mientras que yo me uní a Sasha y las demás chicas.
Sasha, con su energía contagiosa, me saludo
–¡Holaaa ____! -habló animadamente-
–No necesitas gritar, Sasha -hizo que Ymir la regañara con una sonrisa burlona. Dijo sacudiendo la cabeza.
–¿Todavía no llegan los demás? -pregunté, mirando alrededor
–Parece que no, todavía faltan los demás -Sasha hablo con la boca llena de comida,
–Que asco Sasha... ya te e dicho miles de veces que comas con la boca cerrada -se acercó Connie recordándole a Sasha, lo que hizo quese sonrojara un poco.
–¿Donde esta Jean? -pregunte y justo entonces, Jean apareció con Reiner y Bertholdt. –¡Hola, chicos! -dije sonriendo. Pero mi entusiasmo se desvaneció cuando vi a Annie detrás de ellos. ¿Qué hacía ella aquí? Me sentí confundida y curiosa al mismo tiempo. ¿Qué estaba pasando?
Annie me lanzó una mirada de desagrado, pero yo estaba demasiado sumergida en mis pensamientos para prestarle atención. Desde que llegamos, Armin había estado distante, sin acercarse a hablar conmigo, solo me echaba miradas nerviosas de vez en cuando. Me sentía confundida y triste.
Mikasa se acercó a mí, preocupada. –¿Estás bien? -me preguntó. Yo suspiré, sintiendo una mezcla de emociones.
–No lo sé, es Armin -respondí con tristeza. Mikasa frunció el ceño.
–¿Qué tiene? -Mikasa siempre era directa y sincera, pero esta vez parecía que había algo que no me estaba diciendo.
–Desde que nos bajamos de su carro ni siquiera se a acercado a hablar conmigo -dije, sintiendo una punzada de dolor.
–¿Eh? ¿Todavía no lo sabes?, para cómo son Connie y Sasha pensé que ya habían ido de chismosos -Mikasa parecía sorprendida.-
–¿Qué cosa? -pregunté, sintiendo que había algo que no me estaban contando. Mikasa dudó antes de responder.
–Aah... nada, olvídalo. Digo cosas que no -me dijo, pero yo sabía que me estaba ocultando algo.
Minutos después, Mikasa había desaparecido en la multitud, y Eren y Armin también se habían esfumado. Todo era muy extraño. Pero entonces, logré distinguir a Armin, quien parecía nervioso y agitado, frente a Eren. ¿Estaban discutiendo? Mi curiosidad me llevó a acercarme a ellos.
—¿Qué pasa? - pregunté, notando la tensión en el aire.
—¿E-eh? ¿Qué pasa de qué? - tartamudeó Armin, sudando visiblemente. Parecía que estaba a punto de explotar.
