Mentiras {Brenda/Thomas}

¡Tú debes ser Jorge!

CAP 8

No podía creer lo que estaba leyendo.

Thomas era el traidor. ¿Cómo era posible eso?

-¿Vas a contarme que sucede?- pregunto él.

Me quede pensando un rato, ¿Cómo habían hecho esto? ¿Cuándo lo hicieron que no nos dimos cuenta?

-Nos tatuaron nombre, el tuyo dice ver "Grupo A. El Traidor". El mío dice "La guía" .- respondo.

-¿Eso qué quiere decir?

-No lo sé.- digo rendida, ¿Por qué me habían metido en esto? ¿Qué es lo que quieren que haga exactamente? – Thomas tenemos que irnos ahora.

Él se me quedo viendo, como si estuviera analizando cada una de mis palabras.

-Le diré a Minho que prepare las cosas.- dice el retirándose de la habitación.

¿Quién lo entiende? Se supone que debo ser yo la que debe de estar enojada con él.

Volví a la habitación y vi que Minho y Thomas estaban volviendo a discutir.

-¡Yo la llevare!- Dice Thomas.

-¡Nadie pido tu ayuda!-contesta Minho.

-¡Eres un...!

-Ninguno de los dos se lo llevara.- dije mientras me interponía entre los dos.- ¡Sartén! tú te llevaras.

-¡¿Qué?!- exclamaron los dos.

-¡Bien, ya era mi turno estar con la chica!- dice Sartén mientras se lleva a Teresa en su espalda.

-Pero...- tartamudea Thomas.

-¡Brenda no puedes...!- dice Minho.

-¡Basta los dos!- dije mientras los fulminaba con la mirada.- No tenemos tiempo para esto. ¡Ya vámonos!

Avance rápidamente hacia la salida, abrí la puerta y el calor del desierto impacto en mí. No era más de medio día, el sol ardía en mi piel. Aun así continúe avanzando hacia la ciudad. Debíamos encontrar a Jorge.

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No tenía idea de cómo era que me metía en problemas con estos chicos. Solo llegamos a la ciudad y estos provocaron que ahora yo tuviera un cuchillo a punto de cortarme la garganta si es que me movía un solo centímetro.

-¡Sera mejor que empieces hablar niñito! Si no quieres que tu noviecita muera por desangrase. – dijo el señor que me tenía sujetada por el cuello.

-¡Oye no sabemos de lo que...- empieza hablar Thomas.

-¡Sera mejor que la dejes!- dijo Minho.- ¡Te superamos en número, nunca...

Oh no. En el momento que dijo eso, vi como desde el checo empezaban a bajar personas, eran más de esas cosas locas que nos persiguieron en la entrada de la ciudad.

Vi como tomaron a los chicos de los brazos, impidiendo así que ellos se movieran. Tiraron a Minho al suelo y un sujeto puso su pie en la cabeza del asiático.

-¡Debería matarte!- grito el señor que me sujetaba.

-¡Espera, ALTO!- grite mientras trataba de zafarme de su agarre.- ¡Tú debes ser Jorge!

El señor se me quedo viendo un instante. Su mirada era de confusión.

-¡Soy Brenda!- confesé mientras lo miraba.- Yo...

-¡No hables más!- dijo Jorge mientras volteaba a ver a los demás.- Tenemos que hablar.

-Pero...