"¿Misterio resuelto?"
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Sinceramente desde aquella noche de la gala había tenido una semana de mierda.
Los medios habían comenzado a disparar locas y absurdas especulaciones de una relación con aquel pelirrojo. Si bien, al principio había accedido a tener una charla con él ya que sus amigos tuvieron la maravillosa idea de hacerse amigos del modelito mexicano, cosa que para nada le hizo gracia. Al principio había sido tolerable, pero después de un rato empezó a notar que cada vez tenía más pegado al chico, algo que obviamente, lo incómodo.
No quería ser grosero con Percy, por lo que optó esperar él momento prudente de librarse de ahí.
Cada cierto tiempo volteaba hacía aquel grupo que convivía de lo más normal, como si se conocieran desde hace años. El pelirrojo le tomaba las manos, acariciaba sus brazos e incluso sus pectorales, para poder llamar su atención cada que desviaba la mirada.
Pero la gota que derramó el vaso fue cuando intentó besarlo, entonces ahí si que lo aventó.
Lo más prudente para él en ese momento fue huir, entonces se fue al baño a echarse agua en la cara. Se miró en el espejo, intentando calmar el enojo y la confusión que lo consumían. El reflejo le devolvía una imagen que él apenas reconocía; la mezcla de frustración, incomodidad y algo más que no quería admitir lo estaba haciendo cuestionar demasiado.
Finalmente, salió del baño y se dirigió a la barra. Necesitaba algo que le ayudara a calmar esos nervios, así que pidió un par de tragos fuertes. Se sentó en un taburete, estratégicamente ubicado para tener una vista clara de sus amigos. Desde allí, los observó riendo y pasándola bien con aquel grupo de modelos, incluido ese molesto mexicano.
No podía entender qué era lo que tanto les gustaba de él. Con solo verlo, sentía una mezcla de irritación y algo más, algo que lo hacía sentir incómodo y molesto. Su mirada se detenía en él más de lo que quería admitir, y cada vez que lo hacía, algo en su interior se revolvía. Pero no, no quería acercarse. Se mantuvo en su lugar, bebiendo y observando cómo sus amigos se soltaron más de la cuenta con el alcohol.
Oscar, alguien que rara vez bailaba, ahora estaba moviéndose en la pista con una pelinegra a su lado. Una escena extraña para cualquiera que conociera al australiano. Los dos españoles estaban en un tonto intento de cantar, junto a Charles, que no hacía más que reírse de su torpeza lingüística. Albon, por su parte, parecía más interesado en devorar con besos al modelo británico que en cualquier otra cosa, mientras los demás se reían de la ridícula danza de aquel modelo rizado.
Las luces comenzaron a bajar, creando un ambiente más íntimo y caótico a la vez. Decidió que era hora de irse; había tenido suficiente. Se levantó con la intención de decirle a Carlos que se retiraba, pero mientras se dirigía hacia él, se topó de frente con el mexicano.
Aquel maldito modelito que le causaba tanto fastidio. El mexicano, con una sonrisa juguetona en los labios, lo miró de una manera que no pudo soportar. Esté claramente también algo tomado, lo miró con una mezcla de picardía y desafío que lo desarmó por completo.
"¿Te vas tan pronto, güerito?" le dijo con un tono descarado y una sonrisa que le hizo hervir la sangre.
"No es asunto tuyo, modelito" respondió el neerlandés intentando mantener la compostura, aunque en el fondo le costaba ignorar la creciente tensión.
Checo se acercó más, invadiendo su espacio personal de una forma que le hizo sentir un escalofrío.
"¿Seguro? Pareces más interesado de lo que admites, ¿o me equivoco?" susurró mientras colocaba una mano en su pecho, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza bajo sus dedos.
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Video Games
Fanfiction"¿Qué sucede cuando un piloto de fórmula uno se enamora del supermodel más inalcanzable?"