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Narra Athenea.

...

Me giro en la cama abriendo los ojos y me encuentro con una imagen que hace que mi corazón bombardee con fuerza. Pablo duerme plácidamente encima de mi pecho mientras rodea mi cintura con fuerza.
Acaricio su pelo lentamente y dejó suaves caricias en su rostro.

Cada día que pasa siento que estoy más enamorada si eso es posible. Aún sigo sintiendo esos nervios cuando me mira, cuando se acerca a mí y cuando me besa. Mi relación con Pablo la siento como si fuera la primera vez que me he enamorado de alguien y es que quizás puede que lo que siento sea totalmente cierto. Y que la primera vez que me he enamorado de una persona al cien por ciento sea del chico que descansa a mi lado.

Si retrocedo en el tiempo recuerdo la primera vez que lo ví en el Santiago Bernabéu, ese día me pareció un completo idiota. Pero la vida da demasiadas vueltas y el destino o las casualidades o Dios nos hizo encontrarnos para construir una vida juntos.

- amor - murmura aún con su voz de dormido - me estás mirando demasiado.

Carcajeó al escucharlo y él levanta las cejas mirándome con una pequeña sonrisa en su rostro.

- perdón mi vida, pero es que eres guapísimo - le digo totalmente sincera.

- eso ya lo sé yo - pongo los ojos en blanco y niego con la cabeza. - Aunque te veías algo pensativa.

- estaba echando la vista atrás y pensando en cuando y como nos conocimos.

Besa mi mejilla para después agarrarme de las caderas y tumbarme encima de él.

- y míranos ahora, han pasado dos años de ese momento y aquí seguimos, juntos.

Efectivamente, han pasado dos años desde que estamos juntos y puedo decir sin ninguna duda que han sido los dos mejores años de mi vida.
Pablo es muy cariñoso aunque pueda no parecerlo, siempre está muy atento y me apoya como él que más.

- y que dos años - pronuncio.

En estos dos años no ha sido todo de color de rosa. Como en todas y cada una de las parejas, hemos tenido nuestros más y nuestros menos, peleas y discusiones, momentos en los que piensas si lo conveniente es tirarlo todo por la borda pero finalmente es el amor lo que prevalece y lo que gana siempre.

Nos quedamos un rato más en la cama dándonos algún que otro mimo y darnos mucho amor y placer mutuamente.

- amor, ¿te queda mucho? - pregunta Pablo resoplando.

- me queda ponerme los zapatos y ya está - le aviso.

- ¿necesitas ayuda?

Entra a la habitación y se queda en el mismo sitio en cuanto me ve. Sus ojos brillantes se abren como platos.

- es que eres guapísima mi vida - se acerca a mí para besarme aunque frena en seco al verme los labios pintados - por favor, dime que ese pintalabios es de esos permanentes.

Rio al escuchar con la desesperación en que lo dice.

- es permanente - le aclaro.

Su boca busca la mía con desesperación, nuestros labios se mueven al compás. Al separarnos del beso nos quedamos mirándonos a los ojos.

- si pudiera me casaba contigo ahora mismo - indica.

Ahora la que me quedo sorprendida soy yo. No sé ni que decir ahora mismo, me he quedado totalmente en shock.

- ya habrá tiempo para eso.

Termino de prepararme y ahora si que nos vamos. Debido a que hoy es nuestro segundo aniversario y nos encontramos en Andorra hemos decidido ir a almorzar sushi en el restaurante Ginza 41, propiedad del piloto de MotoGP Aleix Espargaró.

Polos opuestos || Pablo Gavi y Athenea Donde viven las historias. Descúbrelo ahora