Capítulo 3 🌵​❄️​ Sentimientos encontrados

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- Vamos, loca de los cactus ¿Qué decías que ibas a hacerme? - Elsa estaba empujándome contra la pared, acercando peligrosamente una espada a mi cuello. Sentí dolor por todo el cuerpo, me estaba congelando. Con la espada aún rozándome el cuello acercó su cara hasta que nuestras narices casi se tocaron. Intenté hacer un movimiento pero no podía moverme, sólo podía mirar como su preciosa cara se transformaba en la de Camilo.

- ¡A DESPERTARSE! - Gritaba Camilo por los pasillos.

- ¡BUENOS DÍAS FAMILIA! - Le acompañaba Mirabel.

Me desperté de un salto como un gato asustado, rodé por mi cama-columpio y me caí, a más de cinco metros de altura. Normalmente consigo frenar la caída con algunas plantas pero hoy no fui capaz. Por suerte caí de pie.

Sentí un dolor intenso de cintura para abajo, dejándome paralizada en el suelo en posición fetal. Una persona normal gritaría de dolor para buscar ayuda, pero yo había sido entrenada para verme perfecta y mantener la compostura ante cualquier situación.

Analicé mi dolor y mis posibles lesiones. Tengo todo el cuerpo lleno de espinas de cactus que creé mientras dormía y al aterrizar sobre mis piernas estoy segura que me hice esguinces en ambos tobillos y probablemente me rompí algún hueso de la pierna izquierda, con la que paré la mayor parte de la caída.

Con cuidado y ayudándome de enredaderas me levanté y salí de mi cuarto como pude. Cojeando bajé las escaleras, encontrándome con Elsa.

- ¡Espíritus! ¿Qué te ha pasado? - preguntó alarmada.

- Sólo me levanté con el pie izquierdo - intenté reírme pero el dolor me detuvo.

- Te sangran las piernas - dijo mientras me levantaba del suelo cargándome como princesa.

- ¡Cuidado con mi rodilla, canosa! - me quejé del dolor cuando mi peso reposó en mis rodillas lesionadas.

Automáticamente me bajó hasta dejarme delicadamente tumbada en el suelo - Ahora vuelvo - salió corriendo de Casita, volviendo poco después con algo de comida.

- ¿Por qué no pides ayuda? Es obvio que te duele.

- Podía llegar yo sola hasta la mesa - mordí una galleta que curó mis piernas y sacó todas las espinas que tenía clavadas en la piel.

- No seas tan orgullosa, casi te mueres - es cierto, soy orgullosa, me dolía en el orgullo que la que casi me corta el cuello provocando que me cayera de la cama (en un sueño) intente hacer como que no ha roto un plato.

- Canosa... - quise decir algo, pero me sentí exhausta cuando pasó la adrenalina. Me quedé tumbada en el suelo mirando al techo.

Elsa se sentó a mi lado y me miró a los ojos.

- ¿Qué ha pasado Isa? ¿Cómo te has hecho tanto daño?

- Me levanté con el pie izquierdo. A 5 metros del suelo.

- ¿Cómo te caíste de tan alto? - dijo confundida.

- Me gustan las alturas... - no tenía energía para explicar cada detalle - Tuve un sueño raro y me caí. No estoy segura de si fue una pesadilla.

- Puedes contármelo si quieres - dijo - Ayuda a sacártelo de la cabeza.

- Estaré bien mientras no me cortes el cuello - dije levantándome y sacudiéndome el pijama - Y gracias por ayudarme, Elsa - salí de Casita y me dirigí a desayunar, seguida de Elsa que estaba algo confundida por el comentario.

Clavel Antártico [Elsa x Isabela]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora