Capítulo Diez

258 43 1
                                    



—¿Cómo dices? – preguntó él en tono de advertencia.

–Ya me has oído – contestó Fluke sin hacerle caso– . ¿Qué ha sido del Ohm que me dijo que nuestro matrimonio era para toda la vida y que tendríamos hijos?

–También te dije que no habría secretos, pero eres incapaz. Prefieres tus artimañas, intentar eludir algo sincero manipulándome con el sexo.

–Tú haces lo mismo.

Se hizo el silencio y Fluke pudo oír los latidos desbocados de su propio corazón. Ohm se separó muy lentamente de la mesa sin dejar de mirarlo y le recordó lo letal que podía ser.

–Sabes que también lo haces – siguió Fluke– . Si yo he utilizado el sexo, tú también. Que creas que tienes motivos distintos no cambia nada. Es la misma artimaña.

–No lo es ni mucho menos.

–Se ha repetido el mismo esquema desde el principio. Tú me presionas y yo repelo la presión. Lo hemos hecho una y otra vez durante años. No tenías ningún motivo para pensar que algo iba a cambiar cuando fuimos a la isla, pero resultó que yo no era quien creías que era. Si yo era virgen, tú no podías quedarte tan tranquilo en tu superioridad moral.

–No puedes tergiversarlo a tu conveniencia, Fluke – replicó él en tono severo– . Eso no hace que sea verdad.

–Podríamos haber planteado este matrimonio de mil maneras, podría haber sido un trabajo en equipo, pero tú, en vez de eso, me amenazaste, me presionaste, te regodeaste con tu victoria.

Intentó encontrar al hombre que había vislumbrado en Grecia, al hombre abandonado por su padre y que, aun así, había llegado tan lejos. Al niño pequeño que se convirtió en una especie de rey por sus propios medios. –Eres increíble – él fue a acercarse, pero pareció pensárselo mejor y se detuvo– . ¿De verdad estás diciendo que, si yo lo hubiese planteado de otra manera, tú habrías aceptado este matrimonio dando saltos de alegría?

–No lo sé, pero sí sé que no podías arriesgarte. ¿Cómo ibas a fingir que te abrías a mí para luego dar marcha atrás, como has hecho ahora, si yo quería una relación de pareja verdadera? Eso te habría impedido ser el íntegro y sincero de los dos. ¿Qué habría pasado entonces?

Fluke no pudo evitar cierto sarcasmo y vio que él lo recibía con el ceño fruncido.

–A ver si lo adivino. Todo esto es culpa mía, ¿no? ¿Ahí quieres llegar?

–En absoluto – a Fluke le costó seguir mirándolo a los ojos, pero lo consiguió– . Tú querías que reaccionara como lo hice porque así serías el mártir y yo seguiría siendo el niño malcriado que incluso se ha mantenido virgen solo para fastidiarte.

–¿Por qué si no? – preguntó él sin disimular la impaciencia– . Si no fue para fastidiarme, ¿fue para anotarte otro punto en esta partida interminable?

–¿Tú por qué crees, majadero? – Fluke levantó las manos con impotencia– . ¡Fue por ti!

Ohm miró fijamente a su esposo y a ese guerrero que se había adueñado de Fluke, que le había sonrojado las mejillas y había hecho que los ojos agridulces le brillaran cegadoramente.

Estaba perfecto con esa ropa increíblemente elegante, era la encarnación de su fantasía... y acababa de llamarlo majadero.

–¿Qué quiere decir por mí? – preguntó él como si estuviese aprendiendo inglés y no captara la mitad del significado.

–Quiere decir por ti – contestó Fluke con la voz algo alterada– . Siempre estuviste ahí, ¿no? Desde que tenía dieciocho años. ¿Cómo iban a competir contigo los chicos con los que salía? Fuera lo que fuese lo que sentía por ti, me desgastaba. Pasaba más tiempo pensando en cómo evitarte que en los chicos de los que estaba enamorado, en teoría. Nunca me pareció bien llegar más lejos cuando tú estabas dando vueltas en mi cabeza y en la siguiente fiesta, cuando estabas tan seguro de que acabaría contigo.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 13 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Suyo por un costoWhere stories live. Discover now