Dolor

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Tsukauchi el guardia real principal corrió por los pasillos del castillo hasta llegar a la habitacion de los reyes luego de que uno de sus soldados le diera la noticia sobre la reina.

— MI REINA!... —

Grito en un atisbo de tristeza, sus queridos reyes estaban ahora compartiendo el aposento real inconscientes.

Una de las doctoras se acercó al guardia real y lo tomó del hombro.

— La reina colapsó por cansancio... uno de los sirvientes la encontró en el suelo, estaba escribiendo más cartas para enviar a los reinos vecinos... Esta vez la iba a enviar al reino de las montañas rocosas y lava... Los Bakugou son la última esperanza de nuestra reina...—

La mujer entrego la carta a medio acabar a Tsukauchi, este la tomó de inmediato viendo en la caligrafía como esta se iba volviendo un poco más complicada de entender.

«» Admirables reyes del fuego y las explosiones.

Expreso por esta carta mis respetos hacia ustedes por ser grandes aliados para nuestro pueblo, mi querido esposo y rey continua preso de las secuelas de batalla sin poder despertar aún, he tomado el mando en su ausencia cuidando de nuestra gente, ustedes saben mejor que ningún otro la enorme estima que les tiene Yagi; sin embargo, hoy me dirijo también a ti querida amiga Mitsuki esta vez también plasmo en este papel mi dolor y desesperación como madre, mi amado hijo Izuku sigue siendo preso de mentirosos del reino de las montañas de hielo, todos los esfuerzos que he hecho han sido en vano, en mis manos hay vidas perdidas por mis intentos de rescatar a mi querido hijo, estoy profundamente herida, frustrada y agotada, así que esta vez con atrevimiento pido que me tiendan una mano de apoyo para .....Salvar..... a mi .... hijo... dispuesta..... pongo.... «»

La escritura quedó interrumpida, fue el momento en el que la reina Inko perdió el conocimiento. 

— Necesitaremos entregar esto, de inmediato...—

Pronunció Tsukauchi viendo a sus reyes en la amplia cama con profunda tristeza, se acercó a una de las cómodas de la habitacion y él tomó la iniciativa de continuar con la carta de su reina, la diferencia era abismal entre ambas formas de escribir.

«» La reina ha caído enferma por cansancio y tristeza, por eso como guardia real continuo con la petición de mi señora, necesitamos ayuda no sólo para rescatar a nuestro joven príncipe, si no también para llevar el cargo temporal de nuestro reino, la reina Inko siempre ha confiado plenamente en ustedes y se que nunca ha habido diferencias, ofrezco mi poder y fuerza para ayudar en nuestro reino, mis soldados están dispuestos a continuar la lucha por el rescate del príncipe.

Suplicamos su apoyo incondicional en estos difíciles momentos para nuestro pueblo.

Tsukauchi  Naomasa. «»

Su firma y sello de guardia fue colocado en el inferior de la carta y se levanto a prisa.

— Iré a entregar esta carta al reino, la seguridad de los reyes siempre tiene que ser prioridad en este momento, nuestro pueblo está preparado para lo que pase, en mi ausencia Sansa Tamakawa tomara las decisiones como mías...—

Sin más salio del castillo y en  su caballo emprendió el viaje al reino.

Un largo viaje, durante casi 10 días viajo sin descanso, su objetivo era claro y no debía fallar era la única esperanza que tenían.

....

En las gélidas montañas todo continuaba de forma terrible, Izuku ya no hablaba, ni se alimentaba, estaba muerto en vida, ni siquiera lloraba ante los golpes y violaciones de los hermanos.

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