Señales

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Sí, durante todo su trayecto a la habitacion ya estaba sumergido en sus pensamientos por la variedad de ideas que tenía para hacer que Izuku recordara todo de él, si bien los efectos de la unión del alma no hacían efecto aun en él, no más allá de la disminución de paciencia en su carácter, no indagó más sobre las secuelas qué esto haría.

La imprimación sumergia al alfa en una desesperación constante al no estar cerca de su omega, el instinto protector no podía liberarse como debía y eso era algo que el príncipe Katsuki no entendía y que también desconocía ya que el estro se volvia inestable, pero al ser de genética  ultra dominante no afectaba demasiado.

Al omega por su parte poco a poco lo iba sumergiendo en una tristeza abundante, la ausencia del alfa en el omega hacia que el celo sea irregular y largo, con pérdida de apetito y de fuerzas, capaz de ahogarse en su propio aroma que se volvía tóxico para sí mismo, pues no había feromona dominante que calmara sus deseos sexuales.
Los efectos eran poco conocidos porque el desarrollo de ese padecimiento variaba mucho dependiendo de su tipo de genética, y tanto el pecoso como el rubio al ser de genes dominantes hacia que los efectos ralentizaran.

Al estar Katsuki en su habitación se acercó a la pequeña biblioteca que tenía y empezó a tomar diversos libros.

— A Izuku le gustan las flores...—

Dijo para si mismo tomando variedad de escritos de floriografia, botánica, entre otros porque necesitaba hacer llegar a su omega de alguna manera que ambos se añoraban mutuamente y utilizaría los métodos menos pensados para que nadie sospechara.

No era necesario hacerlo diferente siempre, necesitaba una señal concisa y sutil para tampoco romper de forma abrupta el hechizo.

— Solo tienes que recordar a Katsuki Bakugou... Solo yo necesito volver a tus recuerdos...—

Empezó su lectura.

Si bien le parecía estúpido el hecho de que alguien como él necesitaba ser discreto, debía hacerlo por el bien de su omega, pues en su mente dibagaban no solo los recuerdos de aquel rostro dormido entre sus brazos, si no que también invadian las palabras de su madre al darle la noticia de la imprimación del alma.

— Glicinias... Aster... Humm... esto puede funcionar —

Había encontrado dos detalles importantes para que su omega pudiese tener conocimiento de las cartas que le llegarían, palabras expresadas en petalos que demostrarían el afecto que tenia por el pecoso, solamente rogando al cielo que este pudiese leer la frase escondida en los arreglos de flor.


••••


Izuku quien únicamente se dedicaba  a entrenar por su cuenta en la solitaria habitacion llena de libros, empezaba ya a perfeccionar sus poderes curativos, pero la predicción de peligro no funcionaba y esta vez solo apretó con fuerza su sien.

Como consecuencia del hechizo sus dones de predicción eran casi inútiles pues nunca podía deducir algo o hacer que este funcionara regularmente, su mente estaba completamente aprisionada, recuerdos encriptados en un acto desesperado de salvación de parte de su madre, que no vio los efectos secundarios de su poder, Izuku sufría siempre que intentaba mejorar sus habilidades y eso gradualmente lo sumergia en la aflicción.

— Ngh... No, no puedo...—

Murmuró apoyándose a la mesa de estudios, con el terrible dolor en su cabeza, era demasiado esta vez, tanto que camino despacio a la cama porque sentía que perdería el conocimiento. 

Cayó a tiempo en la cama inconsciente, o más bien profundamente dormido.

Ahí empezaron los sueños.

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⏰ Última actualización: Oct 24 ⏰

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