vigilada

cerveza

Liss le había buscado por todas partes pero no le encontraba, en algún sitio tenía que haberse metido, Daniel siempre había ido muy por libre, demasiado... sintió algo en el corazón pero trató de no darlo importancia, «ahora no» pensó «a estas alturas no».
Trataba de ignorar lo que hace años la había hecho alejarse de ese "angel" sin sentimientos y abandonar esa misión para ayudar a los demás y ser medico, sintió un escalofrío, la estaba observando.
Daniel se encontraba apollado contra una casa sin camiseta y la observaba con curiosidad, se estaba tomando una cerveza o almenos eso parecía.
-¿A que se debe tu visita a mi casa?
-Ni estoy en tu casa ni es esa tu casa.
- Ahora sí- sonrió de forma pícara, entonces la puerta se abrió y por ella salió una chica con mucha prisa y con los primeros cinco botones de la camisa de cuadros que llevaba desabrochados.
-La camisa Alicia- le recordó Daniel y ella sin ni siquiera mirarlo salió corriendo por la calle con la cara rojisima.
Liss no podía creerse lo que estaba viendo, el Daniel que un día conoció no era así y volvió a sentir ese vacío.
-¿Te has aprobechado de la dueña de la casa para quedartela tu? No puedo creer que seas tan retorcido Daniel yo...
-¿Tu que? No me aprobeche de la dueña de la casa, me aproveche de la novia del hijo de los dueños de la casa, y no tiene nada de malo, la chica esa al menos, no se quejó.-bebió otro sorbo de su cerveza.
-Pense que detestabas a los humanos
-No los odio, simplemente, no les doy importancia pero seamos sinceros Liss-empezó a acercarse a ella- ya que me voy a quedar aquí una temporada, no me voy a quedar con hambre.
- Con hambre...-Le miró a los ojos y sintió miedo,¿acaso ella antes de ser como es ahora fué como él?
Miró de nuevo a Daniel, se estaba poniendo una camisa blanca que había dejado colocada en una ventana cerró la puerta sin llave y dejo la lata encima de un banco que se situaba contra a pared de la casa, se disponía a irse.
-¿Y cuando lleguen los dueños que?
-Digamos que los dueños ya no existen-dijo con una sonrisa burlona recordando la escena en la que los dueños les habían "pillado" a él y a Alicia en plena acción, claro está, que ella nunca sabrá que él sabía perfectamente que los dueños habían entrado a la casa.

Cuando Daniel se fue Liss no pudo evitar la curiosidad, los angeles no necesitaban apenas beber o comer ya que su organismo estaba hecho de forma totalmente diferente a los humanos, los angeles estaban más "evolucionados". Se acercó al banco y cogió la lata, para su sorpresa si era de cerveza pero no estaba abierta, sonrió para sí, Daniel siempre iría un paso por delante de ella, de eso estaba segura.

Daniel caminaba por el pueblo con una sonrisa en los labios, había pasado un mes desde el nacimiento de la pequeña, desde entonces no la había vuelto a ver.
Tenía que vigilarla para ver si efectivamente se trataba de la persona que buscaban. Llegó al parque y miró a ver si la encontraba allí, pero solo había niños con sus padres jugando y una niña pero no era la que había visto la otra noche, se sentó en un banco y miró a los niños.
«realmente no tienen nada de especial, uno mas de millones de ellos y al final todos son iguales» suspiró para sí.
De repente se puso en tensión, le estaban observando, se levantó de un salto y miró a todos lados pero no vio a nadie.
De repente algo le toco la pierna pero el no se movió.
-¿Patito?-Una niña le estaba llamando para que jugara con ella, era morena de pelo y cara, tenia los ojos marrones oscuro y era algo regordita,se mantuvo inmovil hasta que su madre se dió cuenta de esa situación y cogió a su hija no sin antes pedirle a él perdón.
Daniel ni siquiera la contestó se quedó mirandola por un buen rato hasta que ella se sintió incomoda, entonces apartó la vista y decidió irse de ese parque.

No sabía que le había pasado, pero no le gustaba nada ¿Acaso en ese único mes había cambiado tanto?
Apartó esos pensamientos de su mente y siguió su camino, quería volver a su casa.