15 años más tarde

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El timbre sonó y todos los alumnos empezaron a recoger sus cosas, la profesora Lucía miró como sus alumnos se iban, excepto uno.
-Amelia acércate, tus padres están a punto de llegar supongo que no tardarán.
Se acercó a la mesa y se sentó en una silla que había al lado sin decir ni una sola palabra, no se atrevía ni a mirarla a los ojos, era una chica tímida, muy tímida.
De repente se abrió la puerta de la clase y pasaron un hombre y una mujer, la profesora se levantó para darles la mano y les indicó con el brazo que se sentaran en los asientos al lado de su hija.
-Bien, ahora que estamos todos, podemos empezar.

Alba y Claudia esperaban a su amiga sentadas en un banco del parque, estaban preocupadas por ella. La anterior semana su amiga Amelia se había pegado con dos chavales de la clase, esto pasaría más desapercibido si los padres de uno de ellos no hubieran demandado al colegio.
-Esos idiotas se lo merecían, no me parece nada justo que la que esté hablando con la profesora Lucía sea Amelia y no Juan o Carlos.
-A mi tampoco me parece normal pero que vamos a hacer... los padres de Juan son uno juez y la madre abogada, y el director es un cagado ni siquiera es él el que habla con los padres siempre tiene que ser Lucía y ella sabe perfectamente que Amelia tenia la razón.
-La verdad es que yo también les hubiera partido la boca si intentaran tocarme el culo.- dijo con un gesto sombrío.
Se quedaron las dos calladas, no las apetecía hablar mas sobre el tema, solo querían ver a su amiga.

Amelia caminaba en silencio por el instituto con sus padres, ninguno de los tres se atrevía a decir nada.
Salieron y dos chicas se quedaron mirandoles.
-¿Que ha pasado?- Se atrevió a preguntar Alba.
-Lo siento chicas, Amelia ya no estudiará en este colegio, la han hechado.-Dijo Pedro, el padre de Amelia con disgusto.
-Tenemos que irnos ya hos vereis-Y con esta frase de Verena, la madre de Amelia, siguieron caminando hasta donde estaba aparcado el coche, Amelia por su parte no se atrevió a levantar la cabeza para mirar a sus amigas, solo quería irse a su casa, encerrarse en su cuarto y ponerse música a tope para olvidarse de toda esa mierda.
Ni Alba ni Claudia supieron como reaccionar asique no dijeron ni una sola palabra en su camino a casa.

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