Daniel estaba tumbado en su cama, se había quitado la camiseta y los pantalones y se había quedado en boxers. Sus manos estaban colocadas en su nuca y miraba al techo, pensaba en todo y a la vez en nada, sentía un vacío desde que se había marchado de ese parque por esa niña, ¿Que pasaba con esa niña? Estaba confuso, ella le había tocado sin ningún miedo ni tensión, simplemente, porque no le temía, no sintió temor hacia él y eso le preocupaba, había perdido el control de los humanos y eso en un único mes. ¿Cómo se enfrentaría a los de su especie? Tal vez estaba danto al tema más importancia del que en realidad tenia pero en ese juego todo funciona así, si no, date por muerto.
Se levantó para pegarse un baño, se quito la ropa y entró al baño, había una bañera bastante espaciosa y una ducha, se decidió por la bañera, necesitaba relajarse, se quitó toda la ropa, se metió y dió el agua fría.Mucho tiempo atrás, había jurado a su superiora, que protegeria hasta la muerte a su predecesora, desde entonces le habían entrenado con todas las disciplinas imaginables, todas salvo tal vez, una; los sentimientos.
Del lugar de donde venían Liss y él los sentimientos importaban más bien poco, la gente se limitaba a hacer su labor y a observar ya que ese era su mejor metodo de aprendizaje.Tenía que evitar el más mínimo contacto con humanos, todo lo que pudiera, y eso, también incluía a Liss. Ella a pesar de ser como él, había tomado la decisión de ser como un humano y ella sabía a que se exponía, la consideraba una buena amiga pero no una compañía agradable, estaba muy "humanizada" para su gusto.
Miró hacia una pequeña ventana del baño con unas cortinas blancas, tan sucias que se habían vuelto amarillas, «si tengo que pasar aqui tanto tiempo, necesito pegar un cambio» miró hacia el cielo por esa pequeña ventana y sonrió de forma siniestra.
Liss volvía a su casa con la lata de cerveza aún en la mano, llegó a la parada del autobús y se sentó, no sabía realmente que pensar de Daniel, si era cierto que de un mes hasta hoy había pegado un cambio, eso no la asustaba, era normal que se cambie aunque sea poco en ese mundo y por otra parte, Daniel tenia mucho autocontrol para estas situaciones, de repente se le pasó por la cabeza si también habria tenido ese "autocontrol" con Alicia y no pudo evitar imaginarse la escena, bajó la mirada avergonzada.
Tenía un cordón de sus zapatillas desatado «valla», mientras se lo ataba el autobús llegó y la gente que estaba esperando, un anciano y una niña se pusieron en la fila para montarse.
-¿Va a subir o que?-escupió el conductor.
-Si, si un momento por favor.
-Un momento es el que no tengo-Dijo el conductor con amargura a Liss.
Ella terminó de atarse las zapatillas y subió rápidamente.
-Los jovenes de hoy en día solo pensais en vosotros y no hos dais cuenta de que otros trabajan, toma anda.
Liss abrió la boca para decir algo pero se calló, cogió el ticket y se sentó en el autobús, se dio cuenta de que la estaban mirando «que corte».Bajó del autobús y empezó a sonar su movil, eran del hospital, necesitaban que fuera de inmediato ya que había una mujer de parto, miró al autobús como se iba, «mierda».
Dejó la lata de cerveza en el suelo y empezó a correr todo lo que pudo, solo eran 10 km, podía con ello y con mucho más.
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vigilada
FantasyDaniel es un joven angel adiestrado y mandado para realizar una misión. El tiene su propia idea sobre los sentimientos y la humanidad por lo que no le será fácil cumplirla. ¿Quien es esa joven a la que tanto proteges?