Omega Celoso [GeminiFourth]

XXXIV

♧Alfa Celoso♧

Los meses iban pasando como pájaros por la ventana de una rústica cabaña en medio del bosque. Acompañados de los suaves soplos del viento.

Fourth ya había cumplido la mayoría de edad cuando tuvo que ir a su tercera revisión y descubrir que definitivamente estaba esperando dos cachorros —como repetía constantemente a su novio— y no solo uno. Lo único que puede decir es: Alfas estúpidos.

Sumando a ello su panza era de un gran tamaño para tan poco tiempo, realmente no comprende como Gemini creía una cosa diferente si había una prueba muy evidente. Excesivamente evidente.

Con una amplia sonrisa empienza a acomodar las rosas en un jarrón amarillo, recordando cuando le dieron la genial noticia y su Alfa terminó desmayándose. Tuvo que echarle abundante agua a pesar de que las enfermeras le aseguraron que despertaría en unos minutos, y con un poco de alcohol volvería más rápido en sí. Definitivamente a Fourth le valió tres pepinos aquellas recomendaciones y lo hizo a su modo.

— No sabes la vergüenza que pasé por tu culpa. —se quejó el Omega, dando una lamida al helado que su Alfa le compró en compensación del mal rato— ¡Esto está delicioso, mi amor! ¡Prueba!

Gemini se limitó a probar un poco. Sin duda alguna serían unos muy alocados meses.

Fourth lleva trabajando dos semanas en una florería, al principio quiso encargarse del área de almacén, asegurando que tenía la suficiente fuerza para cargar unas cuantas cajas llenas de jarrones o adornos pequeños. Claramente fue rechazado y terminó haciendo arreglos florales, donde su esfuerzo es mínimo y tolerable. No llegaba a casa fatigado, más bien siempre portaba una bella sonrisa y un olor muy dulce que mareaba paulatinamente a sus familiares. Además, éste se impregnaba en el interior del auto de su Alfa, quien iba a recogerlo por las tardes. Gemini tuvo que hacer unos arreglos a su horario, aunque de momento no había tanta carga en sus estudios y eso le venía bien, pues que quería estar con su Omega.

La campanilla arriba de la puerta indicó que un nuevo cliente había llegado al establecimiento.

Con curiosidad y una bonita sonrisa, Fourth limpia sus manos en el mandil rosa y camina hacia Ohm. No se acerca demasiado, una distancia de aproximadamente un metro los separa.

— Hola. —saluda con calidez, al mismo tiempo sus dedos bailan en el aire.

Fourth jamás creyó que el lugar pertenecía a la familia de dicho Alfa. Hasta que lo vio cruzar esa misma puerta con los brazos atiborrados de cajas, siendo ayudado por otro Beta un tanto mayor. Siguiendo el instinto de su lobito decidió acercarse a Ohm, entablando una ligera conversación a través de pequeños papeles.

Dos días atrás Fourth quiso llevar a Mark a la florería porque Ohm se lo pidió de favor—aunque Gemini había dejado en claro que nadie podia meterse en esa amistad inexistente— No obstante, encontrar a su hermano desnudo en compañía de un Alfa que no era su pareja; lo orilló a mentir.

— ¿Cómo estuvieron tus clases? —pregunta Fourth, recordando los movimientos que debía hacer para que Ohm entienda.

El Alfa se encoge de hombros, haciendo un gesto con su boca.

— ¿Significa que fueron buenas o malas?

El mismo gesto.

— De acuerdo. Hoy no quieres hablar.

Fourth sonríe con tristeza, pasando una mano por su abultado estómago. Puede sentir la inquietud de su amigo, si es que lo son. Pero él no quiere incluir en esta ocasión a su hermano, no después de lo ocurrido. Fourth se siente decepcionado. Y comprende que no tiene que ser así, que las parejas no siempre funcionan coml deberían. Sin embargo, algo dentro suyo —y no son los cachorros— le obligan a querer ayudar.

Ohm camina hacia la puerta del almacén. Fourth lo sigue, a paso más lento. Antes que intente tocar su brazo, un gruñido hace que bufe enojado. Por el olor ya sabe quién es.

— Oh, no. Conmigo no, perro sarnoso.

Gemini continúa al acecho de cualquier movimiento mal intencionado por parte del otro Alfa, lanzando fuertes gruñidos mientras lo mira fijo.

Ohm escribe en un papelito y se lo da a Fourth.

"No quiero problemas con tu Alfa. Dile que vuelva a su forma humana, por favor"

Girando sobre sus talones, coloca las manos en su cintura. Frunce un poco el ceño y muerde la punta de su lengua.

— Ohm dice que te cortará las orejas si continúas meando a mi alrededor. —amenaza— Cambia de una vez, pulgoso.

Mostrando sus colmillos, se aleja.

— Ahora. —ordena tajantemente.

Sintiéndose regañado por su Omega, camina hacia atrás del mostrador para volver a su forma humana. Gemini aparece nuevamente en el campo de visión de Fourth, vistiendo un pantalón suelto que encontró en la mochila del más bajo. Descalzo, choca su hombro con el de Ohm.

— ¡Gemini Norawit! —chilla agudo, tirando un moño rojo a la cabeza del aludido— Perdón, Ohm. Creo que seré papá de tres cachorros.

Ohm le resta importancia al comentario, sacude su mano y desaparece por la puerta del almacén.

Gemini envuelve sus brazos alrededor del cuerpo de Fourth, dejando un beso en la mejilla sonrojada.

— Lo siento.

— ¿Podrías controlarte?

— Intento hacerlo.

— Hazlo por nuestro cachorros. —pide en un susurro, sus ojitos volviéndose dos fuentes con agua interminable— ¿Acaso quieres que les suceda algo?

Gemini niega a toda velocidad, pasando sus pulgares por ambas mejillas.

— Perdón, mi amor.

— Tampoco seas malo con Ohm, él no quiere nada conmigo. Y yo... Te amo solo a ti.

El Alfa sonríe avergonzado por su actitud.

— Los celos me llegaron tarde.

— No. La estupidez te está pegando fuerte. —declara golpeando su hombro— Eres un bobo.

— Omega...

—Harás que termine dejándote.

— Omega...

— ¿Sabes cuántos quisieran estar conmigo?¿No? ¡Yo tampoco! Pero de seguro son muchos.

—Te amo. —menciona con voz dulce, besando los suaves labios de su Omega— Te amo como el sol a la luna, como las abejas a las flores, coml el dia a la noche. Y como solo Gemini Norawit puede amar a Fourth Nattawat.

— ¿Cuándo te hiciste poeta? —pregunta con voz entrecortada, sonriendo en medio del beso. Envuelve sus brazos en la cintura de Gemini, ocultando su rostro mojado en el pecho del más alto— Te amo, mi buen Alfa. Hasta el final de los tiempos.