Nyon, en un estado de vulnerabilidad, es forzado por Nyen en un encuentro sexual violento y humillante. Nyon está devastado física y emocionalmente, temiendo las posibles consecuencias del abuso.
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El ambiente era sofocante; los días pasaban en un silencio incómodo lleno de tensión. Nyon pasaba la mayor parte del tiempo solo en la casa tratando de lidiar con su embarazo. Cada mañana, Luther y Nyen salían a trabajar sin apenas dirigirle una palabra a Nyon.
A este punto ya habían pasado 2 meses desde la concepción; ese día Nyon se había despertado con dolor de cabeza y había dormido poco. Sin embargo, el malestar físico no se comparaba con el dolor emocional que llevaba consigo. Se sentía solo, más que nunca, y aunque Luther estaba presente, no podía evitar sentirse completamente aislado.
Nyen quería acercarse a Nyon, hablar, aclarar las cosas, pero la actitud de Luther lo mantenía alejado, como un recordatorio constante de lo que había hecho. Odiaba a Nyon, odiaba la tensión entre ellos, y sobre todo, a sí mismo. La frustración lo consumía, atrapado en un ciclo de rencor y autodesprecio que no parecía tener fin.
Era un miércoles por la tarde cuando Luther regresó del trabajo. Al entrar en la cocina, encontró a Nyon preparando la cena; se acercó lentamente y se colocó a su lado. —"Hey, Nyon."— Extendió una mano y, con cuidado, acarició el cabello de Nyon con ternura.
Nyon se sobresaltó un poco ante el toque inesperado, pero la suavidad en el gesto de Luther lo tranquilizó al instante. —"Hola Luther, solo estoy preparando la cena; pensé en cocinar algo para nosotros."— Sin darse cuenta, sus dedos juguetearon con la cuchara que sostenía y su cola se movía lentamente de un lado a otro, delatando su alegría por poder compartir esa simple rutina juntos.
Luther sonrió y se inclinó un poco, buscando la mirada de Nyon. —"Realmente aprecio todo lo que haces. Me encanta poder compartir estos momentos contigo."— Sus manos descansaban sobre los hombros de Nyon, dándole un masaje. —"Debo ir a hacer un par de cosas antes de la cena, volveré pronto, Nyon."— Luther sonrió una última vez antes de salir de la habitación.
Nyon continuó revolviendo los ingredientes mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro. Pensó: 'Soy tan afortunado; Luther siempre tiene una forma de hacerme sentir especial.' Su corazón se llenó de emoción, anticipando los elogios y la sonrisa de Luther al probar su comida.
Nyen entró en la casa y se vio envuelto en el aroma de la comida cocinándose, un recordatorio de los días más felices. Podía escuchar a Nyon y Luther charlando y riendo; el sonido solo le provocó un dolor punzante en el pecho. Sabía que era un extraño en su propia familia; sin embargo, esa noche, decidió que tenía que intentarlo. Mientras pasaba por la cocina, reunió el coraje para acercarse a Nyon y forzó una sonrisa. —"Hey, Nyon, eso huele muy bien, eres un gran cocinero."— Sus palabras quedaron flotando en el aire, y el silencio llenó la habitación cargado de palabras y emociones no dichas. Se preguntaba si había cometido un error al intentar acercarse y el temor de provocar nuevamente la ira de Luther lo mantenía alerta.
