𝗆𝖺𝗋𝖼𝖺 𝗋𝖾𝗇𝖼𝗈𝗋𝗈𝗌𝖺

★ « O3

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Lee había conseguido su número y no tenía idea de cómo, pero eso era lo de menos -después lo descubriría-, el punto era que le había enviado un mensaje de texto. »Quiero verte, te espero en el parque a las diez, no faltes, es importante«, fue lo que leyó en ese mensaje, se limitó a responder con un 'ok'.

No sabía sí ir o no, después de todo no tenía obligación alguna aunque su lobo le señalara lo contrario, no era propiedad de nadie; han de intuir que terminó por ir. Estaba esperando en una banca de aquel bello parque, los frondosos sauces le daban un aspecto de k-drama o película de Disney, lastimosamente él no estaba ahí por una razón meramente romántica y tampoco por gusto suyo.

Lo vió acercarse a él, sintió su interior estrujarse.

──Has venido ──dijo al verlo llegar hasta dónde estaba sentado.

──Claro ──le respondió, su voz le causó una corriente eléctrica por todo el cuerpo, era más por miedo que por otra cosa──; hablemos.

──¿De qué? ──trató de soñar seguro y firme, fallando en el intento, maldijo por lo bajo.

──Ambos sabemos de qué ──dirigió su mirada al hombro cubierto del omega, dónde se situaba la herida que los unía──; honestamente no era mi intención inicial, pero se dió de esa manera.

──¿Se borrará, no?

──No lo hará por sí sola ──aseguró──; debemos permanecer juntos y lograr que Lex... mi lobo y el tuyo se pongan de acuerdo para romperla.

──Mi lobo te proclama su alfa ──confesó con vergüenza.

──Es normal, lo dejará de hacer cuando el mío le demuestre lo contrario ──respiró ondo──; después de cierto tiempo se irá desvaneciendo la conexión que tenemos, sufrirás tú más que nada, por ende estaré cerca de ti.

──No es necesario, solo aléjate de mí y así evitó ver tu rostro y viceversa, no le veo el caso de jugar a la pareja en estas circunstancias.

──No es sí quieres, es que lo harás ¿así o más claro? ──recibió un asentimiento en respuesta──; deberás aceptar mis disculpas cuando yo esté totalmente arrepentido, ambos debemos ser honestos en lo que hagamos.

──La honestidad no es nuestra gran virtud, lo sabemos sin conocernos del todo ──señaló, punto menos para ambos.

──Por ello vamos a trabajar juntos aún cuando deseemos que el otro esté a veinte metros de distancia ──le explicó, tratando de que su paciencia no se esfumara en cualquier momento.

──Los prefiero bajo tierra ──se refirió a los metros.

──Es mutuo.

No llegarían a nada sí seguían con esas actitudes.

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Después de pasar aproximadamente una hora hablando de todo, seguían sin llegar a nada razonable y viable para ambos.

──Iré a tu casa, diré que tenemos una relación y te irás a la mía por un tiempo ──anunció──; sólo de esa forma evitó que te suicides en mi ausencia.

──Lo que quieres es verme muerto, hasta cierto punto te conviene.

──Sí lo haces me sentiré culpable y no podré seguir viviendo ──era mentira y ambos lo sabían──; además, seré el mayor sospechoso una vez que de identifique tu causa de muerte y yo a la cárcel no voy... ¿captas, omega?