Capitulo 3

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Escudero

XXX

19 años después de la muerte de Himmel, Ciudad Fortificada de Vorig.

Sir Allen caminaba hacia un joven que, absorto en su tarea, afilaba su espada sobre un tronco con movimientos metódicos. El sonido metálico de la armadura del caballero resonaba en el aire, captando la atención del chico, aunque este no se molestó en levantar la vista. El joven, de no más de 16 años, vestía una armadura plateada, similar a la de su padre, que brillaba bajo la luz del sol. Su cabello grisáceo, heredado de su madre, caía en mechones desordenados sobre su frente, y sus ojos rojos brillaban con una intensidad que recordaba a un joven Allen.

—¿Dónde está tu hermano? —preguntó Sir Allen, frunciendo el ceño mientras estudiaba al muchacho.

Liebe, sin apartar la mirada de su trabajo, respondió con una mezcla de indiferencia y desafío:

—¿Por qué debería saberlo, padre?

Allen no dejó que la actitud del chico lo distrajera. Su tono se volvió más severo.

—Liebe, sé que lo estás encubriendo. No me hagas insistir. ¿Dónde está?

El joven dejó escapar un suspiro pesado, y levantó la mirada, mostrando una mezcla de frustración y preocupación.

—Se escabulló con el pequeño maestro fuera de la ciudad —admitió finalmente, su voz cargada de desdén pero también de inquietud.

Allen frunció el ceño, claramente molesto. Se frotó el puente de la nariz, una señal de cansancio y preocupación.

—Esos dos siempre me ponen de los nervios cuando se escapan sin avisar —dijo, más para sí mismo que para Liebe—. Iré a buscarlos antes de que Lord Orden pregunte por su hijo.

Allen dio media vuelta, dispuesto a partir, pero se detuvo antes de dar un paso más. Se giró nuevamente hacia Liebe, con una expresión grave que el chico no pudo ignorar.

—Encuéntrame después —ordenó Allen, su voz cargada de una seriedad inusual—. Hay algo importante de lo que quiero hablar contigo.

Liebe observó a su padre marcharse, sintiendo cómo la preocupación y la curiosidad crecían en su interior. Se preguntó qué podría ser tan urgente como para que su padre, normalmente reservado en cuanto a sus preocupaciones, sintiera la necesidad de hablar con él.

Mientras el joven volvía a su tarea, sus pensamientos permanecieron en la conversación. Algo en el tono de Allen le decía que lo que su padre tenía que decirle cambiaría todo.

XXX

—¡Rápido, antes de que vengan a buscarnos! —gritó un niño de no más de 10 u 11 años, con el cabello rojo como el fuego y ojos anaranjados brillantes. Vestía ropas sencillas y corría a toda velocidad entre los árboles del extenso bosque.

—¡Espera, Wirt! —respondió otro niño, un poco detrás de él, con un tono de voz entre agitado y suplicante. Sus ropas eran igual de simples, pero su cabello era gris y sus ojos resplandecían con un intenso verde esmeralda.

—¡Asta, si no te das prisa, te quedarás atrás! —insistió Wirt, sin disminuir la velocidad.

Asta soltó un suspiro de cansancio, pero decidió acelerar el paso para no perder a su amigo de vista. Ambos niños continuaron corriendo durante varios minutos más, sus risas y jadeos resonando en el bosque, hasta que finalmente se detuvieron frente a un vasto lago, situado al pie de una imponente montaña.

—Llegamos —declaró Wirt entre jadeos, con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

Asta, igualmente sin aliento, solo pudo asentir mientras observaba el impresionante paisaje frente a ellos. El lago se extendía en calma, reflejando el azul del cielo y la majestuosa montaña que se alzaba a su lado. El lugar tenía un aire de serenidad que contrastaba con la agitada carrera que los había llevado hasta allí.

Sombras Pasadas (Black Clover X Sōsō no Frieren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora