Frustración y Nuevo Propósito
XXX
—¿Qué ocurrió? —fue lo primero que pensó Asta cuando sus ojos comenzaron a abrirse. La oscuridad todavía pesaba sobre su vista, y las imágenes de lo último que había visto eran confusas y borrosas. Su respiración era lenta, irregular. Intentó recordar—. Yo... estaba peleando contra ese demonio y...
Se detuvo de golpe. Los recuerdos llegaron como fragmentos, trozos de su batalla. Después de enfrentarse a Yuno, el caos de la lucha contra los demonios comenzó a cobrar forma en su mente. De repente, un suspiro de frustración escapó de sus labios, y apretó los puños, sintiendo su cuerpo tenso bajo las mantas.
Todo su esfuerzo durante años, todas sus experiencias, parecía que no habían servido de nada contra aquellos dos demonios. Había matado a bastantes en su corta vida, enfrentado a criaturas que habrían quebrado la voluntad de muchos. Pero ninguno de ellos se comparaba con la monstruosidad de esos dos. Ni siquiera la Santa Guardia había podido hacerles frente.
Con un gesto brusco, trató de quitarse las mantas y ponerse de pie. Apenas lo intentó, un grito ahogado escapó de su garganta cuando una ola de dolor lo recorrió de pies a cabeza. Le dolía. Cada corte, cada herida que le había infligido aquel demonio seguía ardiendo en su cuerpo como brasas encendidas.
"Este ataque equivale a ser cortado por mil espadas", recordó la advertencia de su enemigo. Y no mentía. Así se sentía. Cada herida parecía resonar aún, aunque ya no hubiese cuchillas atravesando su piel. Las cicatrices eran muchas, demasiadas para ignorar.
Con un último esfuerzo, trató de levantarse de nuevo, pero su cuerpo, maltrecho y agotado, no le obedecía. Después de un par de segundos de lucha interna, se rindió. Con un suspiro resignado, se dejó caer de nuevo sobre el colchón y simplemente se quedó allí, mirando el techo de su habitación, sumido en la impotencia.
—No pude proteger a nadie... —murmuró Asta, su voz quebrada, apenas un susurro.
Las imágenes de la batalla seguían frescas en su mente, pero también los recuerdos de antes, de las conversaciones con Sir Einslotte y Juliana. Su propósito, antes tan difuso, había comenzado a tomar forma, una razón para seguir luchando, para volverse más fuerte. Sin embargo, todo aquello que lo impulsaba a crecer ahora parecía haberse desmoronado. Después de lo que había sucedido, su voluntad de proteger a todos estaba destrozada, hecha añicos.
No solo había fracasado en proteger a los demás, sino que su visión, esa nueva paz que apenas había comenzado a esbozar en su mente, había sido cruelmente despedazada por la realidad. ¿De qué le habían servido todos esos ideales? El peso de la derrota aplastaba cualquier esperanza.
—Realmente soy patético... —se dijo a sí mismo, sintiendo la rabia mezclada con la impotencia. Apretó los puños con fuerza, notando cómo sus uñas se clavaban en las palmas, y rechinó los dientes, intentando contener las lágrimas que amenazaban con salir.
El dolor físico no era nada comparado con el vacío que sentía en su interior.
Aunque lo que más le dolía no eran sus heridas ni su fracaso, sino la expresión de Juliana. Esa tristeza, ese dolor que ella tenía al abrazar el cuerpo inerte de su padre... Nunca había visto algo así. Durante años en el frente, Asta había presenciado a soldados llorar por sus amigos caídos, y en su regreso a Vorig, había visto a familiares destrozados por aquellos que nunca volvían. Pero la expresión de Juliana, tan desgarradora, tan cruda, era algo completamente distinto. Esa imagen estaba grabada en su mente, y sabía que sería casi imposible borrarla.
Le pesaba. Le dolía de una forma que no podía expresar.
—No sirve de nada lamentarse... —murmuró, aunque en su interior sentía lo contrario. Apretó los puños de nuevo, con más fuerza—. No quiero que nadie vuelva a llorar así... No quiero que los demonios vuelvan a hacer sufrir a las personas que aprecio... a mi familia.
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Sombras Pasadas (Black Clover X Sōsō no Frieren)
FanfictionEl grupo de héroes, famosos por derrotar al Rey Demonio y traer una era de paz al mundo. Lamentablemente no todos lograron regresar. - Actualizaciones lentas