L'autre femme

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SeulGi  estaba mal, muy mal, y SeungWan lo notó.

La forma en la que llegaba azotando puertas, la forma en la que ahora tomaba jarabes directo del bote cuando enfermaba y en general se veía tan jodida, demacrada, delgada. Supuso lo que había pasado cuando vio a la pelinegra, la esposa, acompañada de una mujer alta.

Ahora la versión se vio borrosa, y la castaña más pequeña, acarició el hombro de su amiga, que lloró en el suyo mientras buscaba un abrazo y sollozaba, diciéndole en lágrimas y sollozos:
—JooHyun me dejó.

La versión borrosa que SeungWan tenía presente, la versión a favor de SeulGi que se aseguró de nunca corregir y no admitir que ella fue la maldita culpable de que JooHyun la dejó, porque la castaña menor sólo tenía la parte pequeña de la versión, borrosa, nublada. Una versión donde dejaba a la culpable como una blanca paloma.

Ella suspiró, acostando a la castaña en la cama mientras la tapaba, pero la otra se quejó y gritó, negando.

—¡E-este... este la-lado no, por-que-que es el lado de Hyunnnie, mi Conejita, sigue teniendo su olor—volvió a sollozar, abrazando la almohada, para después restregarse en ella, suspirando —la otra puede abrazarla, sentirla... tocarla.

Triste. Son sólo suspiró, volteando a la castaña mayor del lado contrario y después, sacó un teléfono, marcando ese número que estaba segura que después de JooHyun, conocía bien a SeulGi.

Sólo suspiró, fumando afuera de la casa, viendo las rosas perfectas que estaban en el jardín, esperando que al tercer tono esa voz respondiera. La voz de la doctora a través de la línea sonó adormilada, haciendo a SeungWan tragar saliva nerviosa después de sentir su corazón latir de ese modo, y trató de ignorarlo.

Hablo.

—Hola, eh, YeRim, ¿Qué tal, estabas dormida? el gruñido de la otra le avisó que sí, un gruñido que la hizo suspirar.

—Creo que cualquier persona normal estaría dormida a las 4:13 de la madrugada, ¿Qué pasó, SeungWan?— la castaña dejó salir el humo de su boca —¿Estás fumando?

—Sí, no, digo, eso no importa, sólo te quería preguntar algo, este... ¿Sabes lo que pasó entre JooHyun y SeulGi?—el pequeño silencio que se formó entre las dos, pero después la otra volvió a hablar.

—¿No sabes? Pensé que eras la mejor amiga de SeulGi, eh... ella, le fue infiel a JooHyun, JooHyun la dejó hace un mes —oh. SeungWan inhaló un poco del cigarro y antes de soltarlo lo sostuvo, negando, pero de todos modos hizo a la voz de la línea suspirar—te he dicho que no fumes.

—Pensé que te gustaba.

—A ninguna doctora le gusta alguien que fume, SeungWan —pero de todos modos la hizo reír, sacando otra risita de parte de la castaña.

—Me dirás seca por cambiar de tema ante algo tan fuerte, pero, me gustaría volver a verte...

—Mhmm, dime eso cuando no hablemos de la infidelidad de tu amiga a la mía y sea de 8 a 8, en horario normal—otra risita, pero de todos modos la otra voz volvió a hablar de esa forma ronca que estaba derritiendo a SeungWan —por lo que parece, SeulGi no te contó nada y te contó su versión, ¿Verdad?—un asentir—lo supuse, por ese hecho me alejé algo de ella y fui más cercana a Hyun, lo entendí y sentí, las quiero a ambas pero, Hyun es más mi amiga, supongo que tú la entenderías.

Respiró pesado mientras asentía al celular, viendo sus propios zapatos mientras removía la tierra con sus zapatos, cuidando de no perturbar el pequeño jardín de la esposa de su amiga.
Después de otras palabras dirigidas, se despidió, viendo el cielo, el nuevo amanecer.

En la empresa miró su reloj, enojada, viendo cómo eran las 11 y SeulGi apenas se estaba bajando de su carro, 4 horas después de la supuesta entrada. Después ella misma se alteró por ver las recientes conductas de su jefa, pero antes, amiga. Ella misma gruñó, sentándose en el escritorio viendo a la castaña entrar.

Habló, fuerte, hasta sacando un rostro de sorpresa a SeulGi.

—4 putas horas tarde, SeulGi, ya llevas 1 mes así, entiendo que sigas triste y toda la mierda pero empieza a cambiar, tienes toda una maldita empresa por delante y lo que haces es emborracharte, llorar, tratar mal a todos y llegar tarde, ¿Sabes qué tienen que hacer tus secretarias para cubrir tus putos errores? Ellas trabajan hasta tarde, despabílate, SeulGi...

—¿Cómo me pides esa mierda? ¿No estuviste igual que yo un tiempo?

—Yo volví a trabajar, SeulGi, me pedí 3 días y después regresé, fue difícil pero, no estuve haciendo un show por un puto mes entero—la castaña tiró sus lentes al escritorio y sacó su botella de whiskey de su escritorio, quejándose de que estaba vacía.

La actitud altanera de la castaña fue lo que hizo a SeungWan respirar pesado porque cuando la vio vaciar el vidrio en el escritorio, llevó sus dedos a su entrecejo fruncido. La otra voz habló, acostándose en su escritorio.

—¿Cómo no me entiendes? SeungWan, ¿No me entiendes? Estoy sufriendo, puede que más que-

—¡Porque mi esposa me dejó, SeulGi, la tuya se fue porque le fuiste infiel! —no pensó, y en verdad, sólo habló, alterada, porque ahora en realidad aterrizó todo. Por qué despidió a SunJin, por qué JooHyun tenía unos ojos nostálgicos. SeungWan apretó el puño, relamiendo sus labios—sólo no te compares.

Parece que aterrizó, porque SeulGi rió, negando, tirando al suelo su botella de vidrio, y después se estiró en el escritorio, pero fue para alcanzar el portafolio que SeungWan tenía en manos.
Lo poco que aterrizó ese día le hizo darse cuenta que el día era más llevadero que pasarla llorando.

Porque estuvo trabajando, estuvo pensando. La castaña cerró la última carpeta mientras veía el reloj y veía fija que ya eran las 12. No se había dado cuenta hasta que sintió su estómago rugir de hambre y ahí tomó su chaqueta americana, saliendo, presionando el botón del elevador, suspirando.
SeungWan, ¿La aterrizó? A lo mejor sí, a lo mejor no, porque salió tomando un paraguas que estaba en ese baúl saliendo, lista para irse al bar, pero una figura la hizo fruncir el ceño.

Una figura que se acercó poco a poco a ella, hasta cubrir su rostro lleno de lágrimas y empapado, acercándose a abrazarla, sollozando en el hombro de SeulGi por lo que en el proceso, empapándola a ella también. La pequeña voz habló, la voz que tanto escuchó. Tragó saliva al escucharla.

—Se-SeulGi... yo-yo, ugh, perdóname-me, pasó algo con mi pa-padre...

Cosa que hizo a la castaña verla, alzando sus cejas, tragando saliva nerviosa al escuchar la voz aguda.

The Other WomanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora