S'agenouiller est difficile

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SeulGi se durmió en sus piernas.

La respiración calmada y ese rostro en paz que JooHyun sintió una envidia total, porque ella estaba descansando, o parecía. Porque también veía ojeras colgando de los ojos de su esposa fiel, su ceño fruncido, y cómo después se aferraba por completo a sus piernas.

La mayor suspiró, chasqueando su lengua, y tirando su vaso de agua fría en toda la cara de la castaña, haciéndole despertar agitada pero quejándose, tratando de limpiar su rostro.
Fue lo que recibió y lo mínimo que merecía por todo lo que le había hecho, y sí, puede que fuera rencorosa pero más que nada, en realidad lo merecía.

Lo poco que debía sufrir o siquiera arrepentirse porque como la veía, no lo estaba haciendo. No parecía que su esposa tuviera algún rastro de culpa, por su sonrisa al verla. La abrazó más fuerte, restregándose en sus piernas cubiertas por su pijama, y suspiró.

—Oh, Hyun, viniste— obligada, lo hizo obligada. JooHyun no mostró ningún gesto cuando SeulGi se levantó a acariciar su rostro, con lágrimas, hablando con la voz rota—te llamé un mes entero, te mandé mensajes, yo sólo quería saber si estabas bien, amor, pero que ahora estés aquí, por ti, prometo que-

—Vine porque ayer me amenazaste con suicidarte si no iba por ti, SeulGi—la castaña comenzó a morder sus propias mejillas internas, y después rió, parándose para secarse la cara e ir a la cocina a sacar una lata de Coca Cola Light. Suspiró ahí mismo, acariciando su garganta, sujetando una pastilla para pasarla con su reciente bebida. Vio a los ojos a su esposa.

—JooHyun, ya pasó un mes entero, ¿De verdad vas a seguir?—¿Dónde quedó la SeulGi que lloraba y rogaba, avergonzándose? Ahora volvió la altanera que la veía por arriba, con su mano en su bolsillo y la otra mientras tomaba, casi riendo—por mi hijo, ¿Dónde estás? Tú y él merecen una mejor vida, te juro que conmigo volverás a tener todo lo que necesites, no te faltará nada, tienes el 13% de mi empresa, la mitad de mi dinero, ¿Qué más necesitas?

—¿Cómo está SunJin? ¿Ya no te la chupa bien?

Parece que activó algo en la castaña porque se acercó rápido, viéndola, arrugando su nariz mientras respiraba de forma agresiva, señalándola, pero después se apoyó en el sillón. Carraspeó.

—Está despedida desde el día que te fuiste—JooHyun fingió que veía sus uñas, y rió.

—Fue la última medida que tuviste que tomar cuando perdiste a tu esposa, aww, mira, te quedaste como el perro de las dos tortas—ahora ella rió sarcástica, acariciando su vientre con su mano ya revisada, ahora acercando otra—no creo volver.

—Hyun, perdóname, por favor, vuelve, no puedo vivir sin ti, tan sólo, ve—no negaba que se veía jodida. Con esas ojeras y juraba que más delgada. Asumió por qué la ver un ramen instantáneo en la sala, seguido de otras 8 cajas. Rió, cruzando su pierna, viendo a SeulGi.

—¿Qué es lo que más extrañas de mi? ¿La forma en la que te esperaba como estúpida, cómo te limpiaba la casa, cómo te cocinaba, cómo te la chupaba?—SeulGi se acercó a ella y se sentó a su lado en el sillón, acariciando su vientre, viéndola.

—Por favor, perdóname, JooHyun, vuelve a mi, perdóname por favor, soy una idio-

—Arrodíllate y te perdono.

SeulGi la vio asombrada, pero después sonrió, viéndola, nerviosa mientras después sólo volteaba a ver cualquier rincón de la casa.

—¿Por qué algo tan fácil?—la idiota no lo recordaba aunque lo dejó en la maldita carta. JooHyun preparó las palabras más fuertes que planeaba decir en ese momento porque sabía, que poco a poco iba a elevar su nivel. Sólo habló sin pensar, viéndola, sonriendo, apretando sus mejillas.

—Porque eres una maldita narcisista, egoísta, que sólo piensas en ti y odias verte debajo de los demás, porque eres una desgraciada, ¿Sabes cuántas veces te he visto de rodillas? Dos, cuando me pediste ser tu esposa y cuando me hiciste un oral en casa de tu papá, dos putas veces, SeulGi.

—Pero, ¿E-eso qué tiene que ver?—estaba tratando de ignorar el tema porque SeulGi se paró, riendo, tomando de su bebida ignorando tener contacto visual con ella—pídeme que me saque un riñón o que me haga algo, JooHyun, no algo tan fácil.

—Difícil para ti porque sé que no te quieres arrodillar, ¿Sabes quién se arrodilló la otra vez frente a mi? SooYoung—la castaña la volteó a ver, frunciendo su ceño, tragando saliva—la otra vez sintió a mi hijo, pidió si podía escucharlo y tocarlo y ella se arrodilló, SeulGi.

—¿Quién? ¿La estúpida manzana? ¿A mi hijo?—JooHyun asintió, y la castaña sólo rió, volviendo a tomar de su bebida pero ahora, fingió que lo hizo porque la había acabado hace minutos.
La estaba poniendo nerviosa, dócil, porque la vio tragar saliva y la vio preocupada, acercándose, casi dudando.

SeulGi se sentó a su lado, viéndola, como dudando. Ella misma achicó su ojo, riendo nerviosa.

—¿Sólo arrodillada? Pídeme algo más, si tu amiga esa se arrodilló rápido, dame algo más importante, JooHyun.

Sí, egoísta, narcisista, que cuando alguien tenía el mismo logro que ella, se enojaba, enfurecía y trataba de buscarse a si misma algo mejor, explotar mejor, tener algo mejor, no lo que los demás tenían.
JooHyun vio cómo la castaña casi se moría por la simple comparación, de haberle demostrado que alguien hizo algo tan fácil que ella no pudo haber hecho como el simple hecho de arrodillarse, y sí, ahí estaba ese ser maldito.

La castaña relamió sus labios, riendo, negando, esperando una respuesta, pero su esposa sólo rió, negando.

—No, ponte de rodillas frente a mi, ruégame y suplica, y te perdono, pero sé, que no lo harás hasta dentro de 10 años o hasta que mueras porque odias verte debajo de los demás, y me iré antes de me digas algo más, SeulGi, sólo vine a recibir risas burlonas, ya viste que estoy bien, sigo viva, mi hijo está bien.

—Antes de que te vayas, JooHyun sólo dime, ¿Vives con... ella?

La detuvo por la mano, con los ojos rogando que dijera las palabras 'no, claro que no', pero JooHyun no mentiría, y menos, si eso implica que la mentira hará a SeulGi sentirse segura.
Por lo que ella sonrió, relamió sus labios, y habló.

—Sí, y la verdad estoy siendo muy feliz con ella porque me respeta, no me miente, y ah, no creo que me esté siendo infiel.

Golpe bajo porque SeulGi sólo frunció su ceño, apretando más su brazo, acercándola a ella.—¿Y tienes algo con ella? ¿Han hecho algo?

Y sí, nunca le mentiría—No, porque de todos modos yo te sigo respetando aunque tú dejaste de hacerlo hace tiempo.

Y con eso, con toda su fuerza safó su brazo del agarre de SeulGi, haciendo que ésta sólo la vea, casi rota, asintiendo, tragando saliva.

The Other WomanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora