6_ SeokHao

𝕀𝕀

Observó a Minhao tropezar por el pasillo con la ropa colgando en sus brazos, el tirón de estar cerca de él era casi imposible de resistir, sólo la certeza de que Minhao estaría a salvo en el interior del palacio evitó que siguiera detrás de él. Theo había sido debidamente advertido y nadie era tan estúpido como para tocar al sirviente personal de Seongkwan.

La mirada enojada de Minhao pudo haber contribuido a su postura congelada, amaba el ardor y determinación, en la cama sería único pero si lo forzaba demasiado, iba a destruirlo. La presencia amenazante de Theo le mostró el temor de Minhao a ser dominado, no quería ayuda porque eso significaría que tendría una deuda con alguien.

No quería asustar a Minhao o destruir su necesidad de independencia, es por eso que no mató a Theo, la muerte del imbécil habría sido sangrienta, sus manos vibraban con la necesidad de arrancarle los brazos y las piernas y mostrarle la cabeza en un palo empapado en sangre no era la manera de ganar la confianza de Minhao, esa era una forma de enviarlo gritando por el pasillo en un intento desesperado por escapar y esa era la última cosa que quería, un compañero nunca debería temer a su pareja.

Fuera de la vista de Minhao, se ocuparía de Theo, el idiota había amenazado a alguien en la casa de Vernon, y sería él quien se aseguraría de que el Rey supiera al respecto, siguió mirando el delicioso trasero de Minhao, su pene empujó mientras todo lo que quería era hundirse en ese apretado calor y reclamarlo, cuando su compañero dio la vuelta a la esquina, Chan pasó el brazo alrededor de su hombro.

― ¿Qué demonios fue eso? ― preguntó su hermano. ―Fue adorable la manera en que saltaste en su defensa pero también da miedo la forma en que estás simplemente mirando su culo.

― ¿Estabas mirando su culo? ― exigió, la parte dominante quería coger a Minhao, encerrarlo en la habitación más cercana y reclamar cada centímetro de él antes de que alguien robase lo que le pertenecía.

Chan puso los ojos en blanco. ― No, tú estás muy interesado en él como para que yo me coma con los ojos cualquier parte de su cuerpo.

Asintió, esa fue la respuesta que quería oír, nadie más tocaría a su pequeño Minhao, ahora, si él pudiera cegar al mundo y que sólo sus ojos disfrutasen su delicioso cuerpo, la vida sería perfecta.

― ¿Qué está pasando? ― le preguntó Chan.

Su hermano estaba salivando con la necesidad de saber la verdad, odiaba los secretos, y él nunca le guardó ninguno, dejó escapar un largo suspiro. ― Él es mío.

Esa declaración lo decía todo, los ojos de su hermano se abrieron. ― ¿Cómo tu compañero? ― caminó hacia atrás y adelante. ― Por supuesto, eso es lo que querías decir. ― miró por el pasillo en la dirección en que su pareja se había ido. ― Dejaste que se fuera.

― ¿Quieres que me quede con él?.

Negó con la cabeza y apretó el puño, quería quedarse con él, pero ahora eso no era lo que necesitaba Minhao, no era un tipo arrogante como Soohyuk, su amigo mantenía sus posesiones cerca y su compañero, Soonyoung, probablemente, no podía usar el baño sin el conocimiento del Almirante. Sabia que Minhao lo mataría si lo iba a seguir así, todo el mundo necesitaba espacio y mientras que su cerebro sabía eso, era difícil de aceptar.

― No puedo arrastrarlo de regreso a mi nave, todavía no. Está enfadado y asustado, y si lo presiono demasiado va a correr gritando en la otra dirección. El miedo hace a la gente estúpida. ― sabía eso. ― Si yo no lo consigo atraerlo con la verdad, estará en camino hacia el siguiente planeta en un momento.

Los guerreros que no tenían paciencia nunca conseguían nada, ellos luchaban primero, antes de tener un plan y su ira a menudo hacía que fueran heridos o muertos, y él no era como los demás, no arrastraría a Minhao a su cama y lo ataría, al menos, no todavía, quería que su pareja llegase a él, tenía que trabajar para conseguir que confiara en él, necesitaba un plan.