El caballero de los truenos

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—Ese poder

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—Ese poder...— habló Diane.

—No hay duda, es un caballero sacro— alcaró Tn. —¿Quién te crees? ¡Suéltanos! Gallina— soltó con desdén mientras forcejeaba con los truenos.

—¿Y tú quien eres?— preguntó el pelirrosa mientras se acercaba a su rostro, arrogante.

—Soy Tn, miembro de la orden de caballeros de la capital, suéltanos deshonroso, ¿Atacas a un oponente que no puede moverse?— el rubio la miraba asombrado por su valentía.

—Ha, eres muy valiente para enfrentarte a un caballero sacro aún siendo solo un caballero normal ¿No?— mantenía su mirada arrogante que chocaba con la asesina de la chica.

—Suéltanos— escupió con veneno en su voz, sin inmutarse ni un poco por la cercanía del hombre.

—Como quieras, tienes valor— deshizo sus truenos y dio unos pasos para atrás.

—Gilthunder, ¿Eres tú?— preguntó la princesa.

—¿Lo conoces?— preguntaron Tn y Meliodas.

—Si, este caballero protegía a mi padre, el rey, era el hijo del gran maestro de los caballeros sacros, Zaratras, siempre vivió en el palacio. Lo conozco desde que éramos niños.—

—¿El hijo del gran maestro?— dijo Meliodas para sus adentros. —Espera, ¿Eres el pequeño Gil?—

—¿Lo conoces?— preguntó la pelimorada.

—Claro, le di un par de lecciones cuando estábamos en el palacio, — explicó, y se dirigió a Gilthunder. —¡Si que haz crecido! Bueno, han pasado diez años, era obvio— el ojiazul solo lo miraba serio.

—Hablas mucho— le respondió para dirigirse a la pelimorada y apuntarla con su espada. —Quiero ver un poco del poder que tanto profesa tu coraje—

—Con gusto— respondió la chica comenzando a caminar hacia él, con los puños apretados, pero el rubio interpuso su brazo en su camino.

—No, esto es entre él y yo—

—Pero...— intentó protestar.

—No quiero que te haga nada— susurro, la miró con preocupación, y ella vio que sus ojos se lo rogaban, se sorprendió, parecía que de verdad se preocupaba por ella.

—¿Sabías que los caballeros sacros buscan a los Siete Pecados Capitales?— intervino el caballero sacro, dirigiéndose a Meliodas.

—La verdad no— respondió él con desinterés.

—La mitad de las tropas se encuentran bajo la orden de arrestarlos, por conspiración contra el reino; la otra mitad desea pelear con los legendarios Pecados Capitales para probar su fuerza.—

º Mi Fortaleza º  MeliodasxtnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora