Tenten estaba atrapada en la atracción de Renji, sus labios unidos en un beso que dejaba poco a la imaginación. La tensión en el aire era palpable, y Renji, dominado por su deseo, deslizó su mano por la espalda de Tenten. Un estremecimiento recorrió su cuerpo cuando sus dedos alcanzaron su pecho, y el calor se apoderó de ella, provocándole un suspiro ahogado. Se permitió, por un instante, perderse en esa sensación, dejando que su cuerpo hablara por ella.
Sin embargo, cuando Renji rompió la blusa y metió sus manos debajo de su sujetador, algo en Tenten despertó. Un sentimiento de invasión la recorrió, frío y brutal. Renji, cegado por su deseo, comenzó a besar su cuello con intensidad, dejándole una marca visible, un moretón que se formó como una señal de control.
Tenten, sintiéndose invadida, reaccionó de inmediato. Sin pensarlo, empujó a Renji con fuerza, apartándose de él.
— ¡Eh! ¿Qué rayos te pasa? —Renji exclamó, caído en el suelo, furioso por la interrupción.
Con el corazón acelerado, Tenten se levantó, su rostro una mezcla de miedo y determinación. Las lágrimas le nublaban la vista, pero no podía dejar que el miedo la dominara más.
— No... no quiero. Y no lo haré. Ya no. —su voz temblaba, pero no podía permitir que eso fuera lo que ella era.
Tenten intentó huir , pero Renji, rápido, bloquea la puerta. El collar de Lee, que había sido arrebatado por renji, captó su atención tenten. Camino hacia el, Lo recogió rápidamente, reparó la cadena con manos temblorosas y, con un suspiro, se lo colocó de nuevo en el cuello.
En ese momento, algo cambió en Tenten. Algo en su interior se encendió con furia, una fuerza que no sabía que tenía. Se giró, lo miró con los ojos llenos de ira y, con todo su impulso, le dio una fuerte patada en el pecho, derribándolo al suelo.
Sin perder ni un segundo, corrió a casa, tapando su sujetador, su respiración entrecortada y sus lágrimas cayendo en silencio
— Lee... perdóname... —sollozó Tenten, entre lágrimas, mientras corría a toda velocidad.
Al pasar cerca de Naruto y sus amigos, los vio a lo lejos, pero no se detuvo. Al llegar a su casa, un escalofrío la recorrió al ver a Renji esperándola en la puerta, con el rostro marcado por una furia incontrolable.
— ¡Maldita! —gritó Renji, agarrándola con una fuerza que le cortó la respiración.
Desde dentro de la casa, Lee, medio dormido, escuchó los gritos y saltó alarmado.
— ¿Qué sucede? —preguntó, preocupado. Corrió hacia la puerta sin pensarlo.
Cuando vio a Tenten en ese estado, algo en su interior se rompió. La ira lo consumió.
— ¡¿Cómo te atreves?! —gritó, abalanzándose sobre Renji con furia ciega.
La confrontación se volvió caótica, y Renji, con una sonrisa cruel, reveló la verdad.
— Soy el amante de tu novia —dijo Renji, con malicia. — Yo estuve con ella, y tú ni te enteraste.
Lee se quedó paralizado. El aire parecía volverse denso, y su mente trataba de procesar las palabras. Su rostro palideció, y sus ojos brillaron con incredulidad.
— Lee... escúchame... no es verdad... —Tenten intentó explicarse, pero Renji la interrumpió.
— Sigues mintiendo, Tenten. Sabes que te entregaste a mí, y ahora lo niegas. —Renji se regodeó, lanzando la mentira con el único fin de destruir.
Tenten se desplomó, quebrada, con lágrimas incontrolables cayendo por su rostro.
— ¡Eso no es verdad! ¡Nunca me acosté con él! —gritó Tenten, aunque su voz temblaba, una verdad a medias, mientras el dolor y la traición de Lee la destruían. Miró su rostro, y su corazón se rompió aún más. Su voz se quebró, desesperada. — Lee... perdóname...
Renji, cansado de la resistencia, empujó a Tenten con fuerza antes de desaparecer rápidamente en la oscuridad.
Lee, temblando de ira y angustia, se acercó a Tenten. Su mirada reflejaba un profundo dolor, y su voz salió rota, apenas un susurro.
— ¿Por qué...? —preguntó, incrédulo, como si no pudiera procesar lo que acababa de suceder.
— Lee... fue un error... ¡Perdóname! Te lo ruego... —imploró Tenten, su rostro empapado en lágrimas mientras extendía las manos hacia él, buscando consuelo.
Pero Lee, incapaz de soportarlo, se apartó bruscamente.
— ¿Por qué me haces esto? —su voz se quebró. —¿Por qué me fuiste infiel? ¿Por qué arruinaste todo lo que construimos? Tantos momentos, tantos años juntos... ¡y los tiraste a la basura! Y ahora me dices que me amas, ¡pero te acostaste con él, Tenten!
— ¡LEE! ¡NUNCA ME ACOSTÉ CON ÉL! —gritó Tenten, sus palabras llenas de desesperación, pero Lee ya no escuchaba.
El dolor en el rostro de Lee se intensificó al ver el moretón en el cuello de Tenten, una marca imborrable de la traición.
— ¿Qué es esto? —preguntó, su voz llena de angustia.
— Lee... por favor... —Tenten apenas pudo articular, su mirada reflejando desesperación.
— No puedo más... —dijo Lee, su voz rota. Con lágrimas en los ojos, dio la vuelta y caminó hacia la mesa, donde aún reposaba el retrato. Lo tomó tembloroso y lo llevó frente a ella.
— ¡No quiero verte más! —gritó, la rabia y el dolor explotando en su voz. Con un gesto brusco, arrojó el cuadro al suelo. Luego, arrancó el collar de su cuello, tirándolo junto al cristal roto.
El sonido del vidrio quebrándose resonó como un eco en su corazón destrozado.
Sin una palabra más, Lee se dio la vuelta y se alejó, su rostro cubierto de lágrimas. Tenten quedó completamente sola, el silencio pesando sobre ella.
La luz de la luna caía fría sobre su cuerpo mientras se desmoronaba, de rodillas, recogiendo los fragmentos rotos del cuadro. Cada pedazo de cristal reflejaba una imagen distorsionada de su amor, ahora irrecuperable.
Tensen
Su corazón latía desbocado, la mano sangrante por los cristales, pero ni lo sentía. Solo había caos en su mente. Finalmente, sus dedos temblorosos encontraron el collar de Lee. Lo levantó, lo apretó contra su sujetador cubriendo sus pechos, y el frío metal la hizo sentirse más vacía. Las lágrimas caían sin cesar, arrastrando con ellas todo lo que quedaba de ella.Con la voz rota, alzó la mirada vacía al vacío y gritó, su llanto ahogado por el dolor.
— ¡Lee, perdóname! —exhaló, mientras el eco de sus palabras se perdía en la oscuridad.Lee
Lee llegó a su hogar, sintiendo que las paredes que alguna vez le dieron paz ahora lo asfixiaban. Las palabras de Renji retumbaban en su cabeza: "Soy el amante de tu novia..."
¿Cómo pudo Tenten traicionarme así? Pensaba mientras las lágrimas amenazaban con caer. Se dejó caer sobre el sofá, su cuerpo pesado, atrapado en un abismo de dolor. Las imágenes de ella, de sus sonrisas y promesas, se desvanecían, reemplazadas por un vacío aplastante.En un impulso de rabia, golpeó la mesa, el sonido resonando en la habitación vacía. ¿Por qué? La pregunta flotaba en el aire, sin respuesta.
Finalmente, las lágrimas cayeron. Se desplomó sintiendo cómo el dolor lo invadía por completo. Lo había perdido todo.Tenten
Tenten, de rodillas, aún sostenía el collar entre sus dedos sangrantes. El frío metal presionaba su pecho mientras lloraba sin consuelo. Temblando, se levantó y caminó hacia la habitación. En la puerta, vio a Lee dormido, pero la imagen comenzó a desvanecerse, como un sueño. Una hoja caída por la brisa se posó suavemente sobre la cama.Se desplomó en su cama, exhausta, rota. El collar de Lee cayó al suelo junto a los fragmentos rotos del retrato que compartían. El vidrio se esparció como los restos de su amor. El collar de Tenten, intacto, permaneció bajo su cuerpo, aplastado por el peso de su arrepentimiento.
Se acurrucó en la almohada, su llanto incontrolable ahogando sus palabras. Los sentimientos hacia Lee se aclararon, pero ya era demasiado tarde.
Una última hoja, arrastrada por la brisa, cayó sobre su cuerpo, como una señal de lo irremediable.
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Un amor inmortal -Rock Lee x Tenten-
RomanceTe protegere, hasta que la muerte me separe de ti.