Un amor inmortal -Rock Lee x Tenten-

Entre recuerdos y tormentas (cap actualizado)

Día anterior

Una hora después

La foto había volado de las manos de Tenten, desapareciendo en el viento, dejando un vacío aún mayor en su corazón. Aunque el collar seguía con ella, la imagen que guardaba en su interior no podía reemplazar el valor emocional de la fotografía grande. Para Tenten, era un pedazo de su historia con Lee que ahora se desvanecía como su relación.

Cargada de culpa y tristeza, llegó a casa y se encerró en su habitación. Las lágrimas caían sin control mientras se abrazaba al collar. Exhausta, cayó sobre la cama, dejando que el sueño la envolviera.

Siguiente día

Rock Lee

El amanecer trajo un nuevo día, pero para Lee no había consuelo. Sus ojos hinchados revelaban la noche de tormento. Se levantó con dificultad, cada movimiento pesado por el recuerdo de la traición.

Un profundo dolor lo embargó de nuevo al pensar en Tenten. Conteniendo las lágrimas, fue al baño. El agua de la ducha cayó sobre él, fría y reconfortante, intentando borrar, aunque fuera por un momento, las heridas invisibles que lo consumían.

Tras salir de la ducha, se viste y, sin rumbo fijo, sale de casa. Su paso es lento, como si su cuerpo intentara arrastrarse, pero acaba dirigiéndose al puesto de ramen, buscando, aunque sabe que nada puede calmar el dolor que lo consume.

Al llegar, Naruto y Sakura lo saludan con sonrisas, aunque sus ojos delatan la preocupación que no logran ocultar.

— ¡Hola, Lee! ¡Buenos días! — exclaman, tratando de levantarle el ánimo.

— Buenos días... — responde Lee con voz quebrada, casi un susurro.

Naruto, con sinceridad, le pregunta:

— ¿Cómo estás, amigo? ¿Te sientes mejor?

— Sí... algo así... — responde Lee, mirando al suelo.

— Tranquilo, Lee... ya sanarás tu corazón. — Sakura sonríe, pero su gesto es forzado. — Pide lo que quieras, yo invito.

— Gracias, Sakura... — Lee apenas levanta la mirada, pero el dolor lo consume. Ni el ramen podrá repararlo.

Naruto, masticando su ramen, lanza una broma, buscando animar a Lee.

— Oye, cejotas... — dice, con una sonrisa traviesa. — Mira... Ayame está guapísima. Creo que deberías intentar algo con ella. ¿Qué opinas?

Lee frunce el ceño, algo confundido.

— ¿Q-qué? — pregunta, levantando la vista por un instante.

— No me interesa... — Lee baja la mirada, su pecho se aprieta. — Solo quiero olvidar a... — Su voz se quiebra, y no puede pronunciar el nombre de Tenten. Las lágrimas asoman en sus ojos.

Naruto, dándose cuenta de su error, se pone nervioso.

— ¡Jeje, cejotas!, calma, amigo, calma... — Forza una risa para desviar la atención. — Em... Ayame, ¿ya tienes el ramen listo?

Ayame, viendo la tensión en el aire, se acerca con el ramen.

— Sí, ya está listo — dice, sirviendo la comida mientras observa a Lee con preocupación.

Lee sigue en silencio, perdido en sus pensamientos. Ayame, al ver su expresión vacía, pregunta:

— ¿Lee? ¿Qué te pasa? ¿Por qué esa cara? — Su voz refleja compasión.

Lee sigue mirando el ramen sin tocarlo, sumido en sus recuerdos.

Naruto, notando la atmósfera pesada, hace una señal a Ayame para que entienda la situación. Ayame suspira, triste, y se aleja sin decir nada más.