capítulo 2. su único amigo

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16 de Septiembre, 2013      9:04  a.m.

—Y me han dicho que podéis venir con nosotros si queréis, a penas tuve que insistir —habló animado Iker mirando a su amiga, Violeta.

—Pf no lo sé, mis padres son más estrictos y seguro que no me compran nada de lo que les pida. ¿Qué sentido tiene ir a la feria si a penas podré hacer nada? —habló cabizbaja—, ojalá tener unos padres como los tuyos.

—¿Pero qué dices? Si Martin recibe más libertad que yo y eso que es el pequeño.

—Pero aceptan comprarte algo cuando lo pides por tus fantásticas notas... y si no me crees ve a mirar los regalos que te dieron por tu cumpleaños...

Iker vio como su amiga sacaba de su mochila el cuaderno y su estuche morado, todavía cabizbaja. Esa chica fue la única que se acercó a él cuando entró a aquel instituto. Desde un principio se llevaron bien aunque no profundizaron la amistad hasta el verano, pues ambos fueron al mismo campamento de verano. Durante todo ese tiempo no vio ningún signo de que la chica se hubiera acercado a él por interés. Iker de vez en cuando iba a ayudarla a estudiar o con la tarea pero nunca era ella quien le pedía ayuda. Se podría decir que era la única amiga que seguía manteniendo, pues algunos amigos que hizo el año anterior fueron puestos en otras clases y ya a penas se dirigían la palabra. Al final resultó que nunca fueron amigos sino sólo compañeros de clase, como siempre le había pasado.

—Vio... sabes que tú también sacas buenas notas.

—No tan buenas como las tuyas...

Ambos se quedaron en silencio cuando la profesora entró. Era el primer día de clases de ese curso y debían dar una buena impresión ya que su tutora era una joven chica nueva. La mayoría de los alumnos de esa clase eran buenos, aunque habían algunos que otros que se pasaba toda la clase molestando a sus compañeros, sobretodo a las chicas, o burlándose de los profesores u otros compañeros. Ese era el caso de Valeria y Alma.

Ambas habían repetido curso e Iker tuvo la mala suerte de volver a estar otro año más con ellas en el mismo edificio, y además en la misma clase. Esas chicas no hacían más que molestar. No se esforzaban en los exámenes y les daba igual las notas que tuviesen. Lo malo era que los que sí querían sacar buena nota tenían que lidiar con ellas en las clases y tener que soportar los parones de los profesores para regañarlas.

—Este año va a ser algo distinto al anterior —comenzó a decir la tutora, de fondo se escuchaban las sonoras risas de ellas dos y su grupo —. Vamos a tener más exámenes y además la nota se evaluará también mediante la actitud.

—Uff... entonces yo ya estoy suspensa —habló una chica de largo cabello azabache, Valeria —. ¿Puedo irme ya a mi casa?

Todo el grupo comenzó a reír y la profesora tuvo que pedir silencio.

—Vete y no vuelvas, las clases están mejor sin ti —habló alto y claro Violeta cruzándose de brazos y desafiándola con la mirada.

—¡Uuuh! —se escuchó por parte del grupo. Valeria rió antes de hablar.

—¿Quieres venir? Tengo entendido que te gusto desde hace tiempo y supongo que no te importaría estar conmigo en mi habitación.

Volvieron a reír y Violeta bajó la cabeza conteniendo sus ganas de hablar y decir cualquier barbaridad. La profesora, cansada de la actitud de la chica y sus amigos, los mandó a los cuatro al aula de ayuda. Primera hora del primer día y eran los primeros en pisarla, se podría decir que consiguieron un récord.

Iker observó a su amiga cuando vió cómo la profesora salía para acompañar al grupito. La morena parecía estar sollozando en silencio. Iker sabía que lo que dijo Valeria era cierto. A su amiga le gustaba aquella molesta e insoportable chica, pero nunca se lo contó a nadie más que a él. ¿Cómo era posible que lo supiese? Ahora incluso se había enterado toda la clase de ello y Violeta no podía sentirse más avergonzada y triste, triste porque su crush la trataba mal y la veía inferior a ella.

into you • juanjo & martinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora