Lunes 15 de Febrero del año 2021.
Un mes después, mi cáncer iba empeorando, a pesar de los tratamientos constantes y de que yo siguiera mi régimen, mi salud iba en picada, pero, no todo era malo, mi familia, Alex, y por supuesto Dios me mantenían feliz, me mantenían viva, y es que parece chiste, pero cada vez que mi salud empeoraba mejor me sentía, sentía que las iban mejorando, tenía una mejor relación con Dios, con mi familia, y Alex, bueno, la relación con él siempre fue maravillosa, pero ahora que nos veíamos diario mejoraba más, y a ver, ya de por si nos veíamos seguido, pero ahora nos veíamos diario, tal vez quería aprovechar los días que me quedaban, en algún punto me conto de sus miedos, y uno de ellos era que unida ya me encontraba viva, que al cruzar la puerta ya no me vería más, y claro que lo consolé, pero también me impacto, pocas veces veía vulnerable a mi Alex, pero ese día, lloro a mares, como si ya me hubiera muerto, se acurruco a mi lado y escondió su cara en mi cuello, y así estuvimos una hora, después se paró y me pidió perdón, me dijo que ya tenía bastante con tener que luchar contra el cáncer, como para que fuera él y se descargara en mí, claramente lo corregí y le dije que así como él estaba para mí, yo también lo estaría.
También pasaron otras cosas en ese mes, comencé a dar platicas en el Hospital, compartí el evangelio, y hubo mucha gente que acepto a Cristo, gente que me pedía a diario que les compartiera más, lo que me obligo indirectamente a estudiar más la biblia, comencé a tener estudios, veía cultos en online, tenía capacitaciones, hice de todo para poder compartirle más a esa gente, pero también hubo una pequeña población que se molestó conmigo, me comenzaban a insultar, no me dejaban compartirle a la gente que si quería escuchar, me reportaban por hacer disturbios, y algunos se sentaban a tomar mis platicas, pero, me interrumpían, me decían cosas para desmeritar mis creencias, en fin, mucha gente se puso de acuerdo para juntar firmas y así pudieran correrme del Hospital.
Con respecto a esto, yo me sentía muy mal, pues lo que estaba haciendo no tenía nada de malo, nunca obliga a nadie para que me escuchara, más sin en cambio la gente me acusaba de eso, de obligar a la gente, hubo varias veces en las que quise desistir, veces en las que simplemente quería dejar de dar platicas, de callarme, pero gracias a Dios, y al apoyo de mi familia, molo deje, continúe a un a pesar de todo lo que estaba pasando.
Mi madre estaba muy feliz, el ver como no me dejaba caer, y que cada vez estudiaba más la biblia, incluso un día me hizo un comentario que me hizo sentir muy feliz y a la vez triste, me dijo que le recordaba mucho a mi padre, lo cual como dije, me alegro, y a su vez, me entristeció, aunque no como antes, antes cuando lo recordaba me ponía a llorar horas, y bueno, también le reclamaba mucho a Dios por ello. Es curioso, como mi vida cambio de la noche a la mañana.
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Un encuentro con ÈL Yo Soy (Novela Cristiana)
Novela Juvenil¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?. Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a s...