El color de tus ojos

°De grises a marrones°

(Final)

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Se separaron de su grupo luego del descanso que tuvieron después de su presentación, avisando que se encontrarían con ellos durante el intercambio. Su capitán simplemente les dejó ser mientras se retiraba junto con el resto para ir a acomodar su propia mesa. Afortunadamente Mutsu se había quedado con él para poder observar a sus futuros rivales, viendo pasar a un par de grupos que... Bueno, eran buenos, pero nada demasiado emocionante; algún que otro fallo, pero a grandes rasgos todo bien. En general no era nada de lo que deberían preocuparse.

Y entonces fue cuando un simple grupo de tres había subido al suelo para presentarse.

Los miró extrañado, esperando que apareciera al menos alguien más para acompañarlos, no era ajeno a los grupos de cuatro personas, pero no sabía que era lo que debía esperar de un grupo que ni siquiera lograba tener el mínimo de miembros. El alguien que esperaba jamás llegó, y se tuvo que hacer a la idea de que solo eran un chico rubio, uno con cabello gris y...

Y un pelirrojo.

Algo dentro de él le impidió apartar la mirada del chico de rojizo cabello.

— '¿La preparatoria Soshukan?' – Preguntó a su compañero para que pudiera ilustrarlo un poco, ya que era la única de las preparatorias que no conocía de antes.

— 'Parece que su grupo se formó este año' – Escuchó a Mutsu hablar detrás suyo y con eso pudo entender un poco porque no le sonaba de nada el nombre de dicha preparatoria.

Y cuando empezaron su rutina... Wow.

No sabría qué palabras utilizar para poder describir que era lo que había sentido, pero podía decir que era... Increíble. Los movimientos armoniosos, el cómo los tres lograban complementarse perfectamente. Sus paradas de mano impecables, sus altos saltos, sus sincronizadas volteretas. No pudo apartar la vista en ningún momento, y podía decir que Mutsu estaba igual de asombrado que él. Era sorprendente pensar que solo un grupo recién formado pudiera hacer algo tan maravilloso, y es más sorprendente cuando anteriormente habían pasado dos grupos completos que no habían podido emocionarlos en lo más mínimo. Esto era... Diferente. Podía imaginarse claramente la cantidad de tiempo que debieron haber invertido en su rutina para perfeccionar cada movimiento, y era algo... Increíble.

Cuando terminaron su presentación tuvo que aguantar las ganas de querer aplaudir. De no ser por la obvia falta de integrantes, estaba seguro de que podrían obtener un puntaje casi perfecto. De verdad, le faltaban palabras para poder describir lo que sintió al verlos allí abajo. Se había percatado de que no había dejado de ver al chico del rojizo cabello al momento en el que el mismo había desaparecido de su campo de visión, cosa que lo trajo a la realidad y no pudo evitar buscarlo para tenerlo de nuevo a la vista; no entendía el porqué de esto, pero simplemente lo asoció con la curiosidad que sentía por el grupo en general.

— '¡Takase!' – Su búsqueda visual fue interrumpida por su compañero, quien le empezó a zarandear un poco el hombro para sacarlo de su estado de ensoñación – '¿Todo bien?' – Tuvo que hacer un par de gestos con la boca en un intento de articular lo que iba a decir, pero no tenía forma de explicar muy bien cómo se sentía. Su compañero al verlo solo abrió los ojos luciendo sorprendido, y eso lo hizo encogerse más en su lugar – 'Oh... Eso explica'.

— '¿Ah? ¿Qué cosa explica qué?'

— 'Tus ojos, Takase' – Tragó saliva, esperando que no se refiriese a lo que estaba pensando Ladeó la cabeza, sin saber a dónde quería llegar con eso – 'Son marrones'.

Oh... En realidad si explicaba porque no había dejado de ver a ese pelirrojo...

Oh mierda...

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