𝟎𝟑

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El comedor del harén estaba lleno de murmullos y risas, con las concubinas y concubinos compartiendo la comida del mediodía

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El comedor del harén estaba lleno de murmullos y risas, con las concubinas y concubinos compartiendo la comida del mediodía. Los grandes ventanales dejaban entrar la luz del sol, iluminando las mesas de madera tallada y los cojines de seda en los que se sentaban. Douma, a pesar de su estatus reciente como el consorte favorito, se encontraba compartiendo la comida con los demás, una estrategia calculada para mantener las apariencias.

Mientras saboreaba un bocado de fruta, Douma notó las miradas furtivas y los comentarios en voz baja que los demás le dirigían. Aunque había sonrisas en sus rostros, Douma podía sentir la tensión que se acumulaba a su alrededor, como una tormenta que se estaba gestando en el horizonte. Pero él, como siempre, mantuvo su expresión serena y sus modales impecables.

─ ¿Así que ahora eres el favorito, Douma? ─ comentó una concubina de cabello oscuro, fingiendo curiosidad mientras jugaba con un racimo de uvas. ─ Debe ser agradable recibir tanta atención del príncipe.

Douma sonrió, manteniendo su tono ligero.

─ El príncipe es muy generoso, es todo lo que puedo decir, ─ respondió, sin revelar nada más.

Otra concubina, una joven de ojos verdes que había mantenido un perfil bajo hasta entonces, intervino con un tono más afilado.

─ Generoso, claro. Pero la generosidad de un príncipe puede ser efímera, ¿no crees? Hoy eres el favorito, pero mañana… quién sabe.

Los murmullos se intensificaron alrededor de la mesa, y Douma pudo sentir la envidia y la hostilidad ocultas en esos comentarios disfrazados de amabilidad. Sin embargo, antes de que pudiera responder, las puertas del comedor se abrieron con un chirrido, y Lady Kanae, la encargada del harén, entró con su habitual porte digno. En sus manos llevaba un pequeño cofre de madera finamente decorado, que hizo que todos los presentes guardaran silencio al instante.

Lady Kanae caminó con calma hacia Douma, sus ojos suavemente fijos en él. Las demás concubinas miraban con creciente curiosidad y, en muchos casos, con una creciente envidia, mientras la encargada del harén se acercaba.

─ Douma, ─ dijo Lady Kanae, su voz clara y firme resonando en la sala, ─ el príncipe Akaza ha enviado esto para ti.

Con un gesto elegante, Lady Kanae depositó el cofre frente a Douma, quien levantó una ceja con interés. El cofre, adornado con detalles en oro y piedras preciosas, parecía contener algo valioso. La habitación se llenó de murmullos mientras todos los ojos se fijaban en el cofre, y especialmente en Douma.

─ Te sugiero que lo abras ahora, ─ añadió Lady Kanae con una pequeña sonrisa en los labios, que Douma no dejó de notar.

Douma asintió, agradeciendo el gesto de Lady Kanae con una inclinación de cabeza. Con movimientos deliberadamente lentos, para mantener la tensión en el aire, Douma deslizó sus dedos sobre el cierre del cofre y lo abrió con cuidado. El contenido del cofre brilló bajo la luz del sol, arrancando una serie de exclamaciones de asombro de las concubinas a su alrededor.

𝐃𝐨𝐮𝐦𝐚, 𝐄𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚 𝐚𝐥 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 [𝘿𝙤𝙪𝘼𝙠𝙖]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora