Capítulo 10

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Después de todo eso, yo fui la primera en hablar.

—Siento ponerte en una situación incómoda. Solo recibe el collar y bajaremos con tu familia.

Aun con el joyero golpeando su pecho, él lo tomó. Yo sonreí complacida y comencé a caminar hacia la salida, pero antes de salir sentí el frío metal tocando la piel de mi cuello.

Cuando me gire para protestar el ya había movido mi cabello y finalmente abrochó el seguro.

—Tu!

—Vamos a comer...

Salió rebasándome y yo corrí tras el.

—Si te lo quitas, lo pondré una y otra vez en tu cartera. Si lo vendes lo volveré a comprar y te lo daré nuevamente.

—Por que?! —Dije sin comprender su actitud.

—Porque mis regalos deben quedarse con las personas a las que van destinados, pero eso si, te aseguro que si tengo que volver a comprarlo, me enojare... mucho.

Finalmente llegamos a la mesa donde todos estaban reunidos. Ginevra soltó un aire de alivio y noté que estaba sentada junto a Simone, el niño se veía adorable con su traje miniatura y el cabello bien peinado.

La madre de Renato, Giulia, me hizo una seña para que me acercara y note que Gaetano me sonreía con aires de amistad.

—Oh mi niña... Escuché lo que pasó. Siento mucho que mis hijos sean.— Los miro con las cejas curveadas en un signo de enojo o decepción y obviamente sus hijos no pudieron si quiera verla. —Ya hablare luego con ellos. 

Giulia es una mujer pequeña... tal vez de mi altura. La piel dorada como la de Renato no se veía afectada por las arrugas de la vejez. Su cabello era un juego continuo de tonos grises, blancos y negros opacos. Estoy 100% segura que el porte de sus hijos no era herencia de su parte. 

Ella me invito a sentarme. Tuve la fortuna de quedar entre Simone y el mellizo de Ginevra. La comida estaba servida. Pude notar una variedad de alimentos que iban desde berenjenas asadas, lasaña y pastas, acompañamientos, ensaladas y en el centro una muy llamativa torta. 

Antes de que todos empiecen a comer Giulia se puso de pie y pidió que el jefe del hogar diera una palabras de agradecimiento. Con expectativas de que pudiera conocer al padre de Renato y poder confirmar mis sospechas sobre la altura y los otros rasgos, me removí con ansias en mi sitio, pero me equivoque... El que se puso de pie fue Renato.

—Bueno... La verdad nunca creí tener una extraña en nuestra mesa, pero desde el momento en que ayudo a nuestra familia, algo me dijo que podíamos confiar en ella.— Mentiroso. Lo primero que hiciste fue desconfiar. Como si hubiera leído mi mente volteo a verme y sonrió.— En nombre de la familia D'spagna, gracias June Williams, por ser tan amable de ayudar a uno de nosotros sin esperar nada a cambio. Es agradable tener un bello y sensible tulipán entre un jardín de rosas. 

La ultima frase me pareció algo... hermosa y a la vez despectiva, no afectándome, pero siempre he visto las rosas como algo hermoso con lo que hay que tener cuidado por sus espinas y creo que el se refirió a su familia como "un jardín de rosas".

Agradecida con Dios porque no me hayan hecho hablar comencé a servirme la comida, un poco de ensalada y guarniciones.

—Prueba la lasaña, es lo único que debió haber hecho mamá sin ayuda... —Gaetano hablo a lo bajo mientras tomaba casi lo mismo que yo. 

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