Capítulo 7

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Debía verme como un zombi... La mayoría de personas me preguntaban como me encontraba, pero siempre afirmaba que bien, aun que los ojos me picaban por la resequedad y la cabeza casi me daba vueltas.

Por consideración a los doctores en el turno de la noche de la semana, no les cargaban tantos pacientes a menos que el paciente pidiera específicamente ser atendido por ese doctor.

— Te traje un helado —Elias entró en mi despacho agitando una bolsita pequeña. Yo sonreí, el azúcar me ponía de muy buen humor. — La doctora zombi sabe sonreír.

—El helado le gusta hasta los zombis. Tienes pacientes hoy?

—No... la verdad es que tengo día libre. Debo ir a la ciudad, tengo una comida con mis padres. Ya no has tenido riñas con Renato?

Negue con mi cabeza, mientras sentía como el helado se deshacía en mi lengua.— No... Agradezco que no me lo he topado mucho, viene a saludar a su sobrino y se va. He convivido más con su madre y hermana. Ni si quiera vi cuando llegaron los otros hermanos.

—Ya veo. Entonces podemos suponer que el dóberman malo ya dejo en paz al inocente poodle?—Me reí ante tal comparación.  

—De todas formas, Simone hoy recibe el alta. No ha recaído y la verdad creo que es el más sano de todos los que formamos parte del hospital. Incluso creo que terminare extrañándolo.

De pronto Ana irrumpió en el despacho.

—Doctora June, Doctor Elías, la madre de Simone, su abuela y el niño ya se van

Ambos salimos y despedimos a la familia. Con su partida se llevaron la alegría de Simone y las malas caras de sus guardaespaldas. Ginevra me dio un cálido abrazo al igual que su pequeña madre, antes de alejarse del hospital. 

Elias toco mi hombro llamando mi atención.—Bueno... tambien me retiro. Si no salgo a tiempo llegare solo al postre. Cuídate June.

—Lo mismo para ti Elías.

10:00pm

Después de la partida de la familia de Simone no hubieron muchos pacientes. El ambiente estaba tranquilo... Permití que los chicos vayan a dormir por unos minutos, mientras yo organizaba algunos papeles de los pacientes. Olviden lo de antes... Rachell tiene de verdad mucho trabajo.

El tik tak del reloj que estaba sobre la puerta corrediza de la entrada era el único sonido que me acompañaba en ese momento. Cambiaba de hojas mientras organizaba los expedientes y sentía como con cada hojeada las pestañas me pesaban más y más...

De pronto un sonido de algo cayéndose llamo mi atención. Me levante y camine... parecía venir del pasillo del cuarto de urgencias. Alguien entro? No creo. No lo vi. Una imaginación provoco una electricidad fría que recorrió mi columna

—No creo que existan fantasmas...

Volví al escritorio y continué con mi trabajo. La incertidumbre me hacía imaginar cosas, pasos y pasos. Como si alguien rebuscara dentro de la habitación de emergencias.

Me levante enojada. No era posible que los enfermeros estén haciendo algo malo en esa habitación, después de todo se ven como personas respetables y sobre todo educadas, pero antes de que pudiera hacer algo la puerta de la entrada sonó y el guardia saludó a alguien.

Precavida por si pudiera ser una emergencia tome mi estetoscopio y salí, pero...

—Sr. D'spagna? Todo bien? —La angustia de que Simone haya recaído fue lo primero que sentí. —Simone está bien?

—No está aquí? —El tenía un aspecto cansado, el cabello que siempre llevaba bien peinado, ahora sobresalía como si apenas lo hubiera lavado.

—El alta fue dada en la mañana. Ya no estan... —Inspeccione su rostro, no se veía enojado, el estaba... tranquilo.— Si solo es eso, volveré a- 

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