Capítulo 15

83 12 0
                                    

Salí de esa habitación con los dos hombres de antes pisándome los talones. Uno intento sujetarme del brazo, pero me aparte enseguida.

—Vuelve a tocarme y te arranco los ojos.

—June! ¡Ven aquí! —Renato gritaba a mis espaldas pero decidí ignorarlo.— June! Tráiganla.

Sentí que ese hombre de nuevo me sujeto del brazo y el otro también. Yo forcejeé y comencé a intentar liberarme. Esos hombres apretaban más y más su agarre donde comenzaba a presentarse el dolor.

—Suéltenme! Me duele.

Cuando estuve frente a frente con Renato giré mi rostro y evité verlo.

—Te arrepentirás —Logre decir y solo suspiro.

—Nina largo, hablaré contigo después.

—Pero Mi señor-

—Habló en Chino? Lárgate, has lo que te pedí y dame resultados

La pelirroja me frunció el ceño y de paso torció sus ojos, noté que ya se había arreglado la blusa e intentado bajar un poco esa ridícula falda. Tomo su bolso obviamente de diseñador en color verde fosforescente y salió dejando una horrible sinfonía con sus tacones altos.

—Entra —Ahora me hablaba a mi.

—Diles que me empujen porque a buenas yo no te voy a obedecer.

—June...

—Doctora Williams para ti. —Dije casi escupiendo el título en su rostro.

El entro y con un movimiento de su mano, ambos gigantes me empujaron dentro cerrando la puerta de un solo golpe.

—Jun... Doctora Williams. Dije que debes descansar, Qué haces andando por ahí como si nada?

No respondí.

—Enserio me vas a hacer esto?—No habla enserio...

—Hacer qué? Me siento ofendida Renato, hace unas horas estabas follando conmigo y ahora vengo y te veo con una mujer semidesnuda abierta de piernas frente a ti. —Ahora el no respondió— No soy un juguete que uses y desuses.

—Nina es...

—Tu novia? Tu esposa acaso? O simplemente una amante más en tu camino?

El golpeo la mesa con sus manos haciendo que me espante.

—No tengo porque darte explicaciones! —Ahí estaba la actitud altanera e hipócrita que había olvidado que ese tipo tenia.

—Si tienes! Me mantienes aquí como una prisionera con la estúpida escusa de que "Debes protegerme" —Intente imitar su gruesa voz sin nada de éxito.— Y ahora vuelves a gritarme!

—June! —Grito ya sonando demasiado harto.

—QUÉ?!

El se acercó a mi de forma amanzánate que incluso el corazón se me acelero. Los ojos tenían un color rojizo como si fueran a estallar de la rabia.

Al ver que no hubo reacción más que haberme arrinconado contra la pared y haberse quedado estático tuve que hablar.

—Me golpearas? —Estaba de verdad muy enojada.

𝒥𝒰𝒩𝐸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora