Vuelta al pasado 2

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Los días pasaron, los meses pasaron, y ambos se conocían más.

Y Luffy cumplió con su promesa de dejarle presente a Ace cuan agradecido estaba por su existencia.

Cada día que podía, le decía que; “es genial tenerte conmigo, ¡creo que eres un omega super fuerte!”

Y otras cosas que hacían sonrojar a Ace profundamente, creía que el alfa lo quería de verdad. Así que también quiso recompensar el buen trato, dejando sutiles gestos que tal vez no eran percibidos.

De todas formas, Luffy los notaba, sonriéndole con emoción en sus bonitos ojos onix, llenos de felicidad subyacente.

Y se fueron acercando tanto, hasta el punto que separase cinco minutos, era una eternidad.

Ace notó eso, y pensó que ese tipo de apego estaba mal, pero no le importaba, porque por primer vez, había una persona que quería su existencia.

Que la amaba como un rayo de luz y Ace no quería perder eso, no le importaba que su vínculo fuera tan fuerte, no le importa.

Pero ahora, ambos corrían en el Gray Terminal, sus sonrisas se notaban en sus caras, las tuberías en sus manos y sus emociones eran claras.

La futura pareja estaba en busca de materiales para su casa del árbol, pero como siempre, habría imbéciles que no los dejaban tranquilos.

Y tenían que golpearlos, alejarlos de su territorio lo mejor posible para que no los molestaran más.

Ahora estaba Luffy buscando maderas, Ace a su lado buscaba clavos, y ninguno se percató de la pequeña presencia que los veía con emoción.

—¿Crees que con esto alcance?—Preguntó Luffy, amarrando la madera para llevarla a su espalda.

Ace asintió, dejando los clavos en los pequeños tarros en su cadera.

Ambos voltearon, listos para irse, pero una mirada fija comenzaba a molestarlos y Ace sintió que su temperamento comenzaba a florecer.

—¡¿Quién carajos nos está espiando?!—Gruñó, mirando hacia los lados.

Luffy parpadeo tontamente, tarareando y tomando sus manos entre las suyas, mirando alrededor en busca de una señal de alguien.

Al buscar tanto, su mirada chocó con una azul cielo, redondos y grandes, que los miraban con ilusión.

Luffy sintió que su corazón retumbaba al mirar esos ojos redondos.

—¿Qué pasa, Lu?—Preguntó Ace, un ceño en su rostro.

Luffy desató sus manos, caminando de forma inconsciente a la pequeña figura escondida detrás de los escombros. La pequeña figura se exaltó y escondió su cabeza al ser descubierto.

Ace lo siguió, curioso de esa cabellera rubia que se escondía de ellos.

Al acercarse, bajaron su mirada, obteniendo una más brillante y grande, ojos saltarines que buscaban su atención. 

Ambos se sorprendieron al ver un niño con ropas nobles, cabello blonde; sucio. Sus manos se movían con nerviosismo, parecía inquieto al verlos de cerca.

A Luffy se le derritió el corazón, sintiendo una fuerte necesidad de proteger al pequeño niño, mas cuando volteo su mirada a Ace, éste tenía un ceño en sus facciones.

Luffy suspiró, acercándose para tomar su mano a su lado, calmándolo levemente. Ambos siguieron observando al niño, uno con ideas diferentes.

Vendrá con nosotros

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