Encuentro

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La tripulación de Shirohige había anclado en un puerto pesquero, buscaban los suministro para un mes.

Ace bajó del barco con un pequeño dolor en su cuerpo, ignorándolo para ir a buscar comida.

Su boca se hizo agua al ver varios puestos de comida.

—¡No te pierdas, Ace! A pesar de que nadie nos conoce aquí, debemos irnos luego de encontrar los suministros—Dijo Marco.

Ace asintió en afirmación, sacándole su dedo del medio que confundió con el pulgar. Marco lo miró crítico y alzó su pulgar esta vez, riendo nervioso.

Marco volteo sus ojos y negó, caminando junto a Izou y Thatch.

Ace pidió brochetas de varios puestos, carne y bolas de arroz. Todo lo comió en un santiamén.

Su omega ronroneo satisfecho, sintiéndose lleno. Se alejó de los puestos, buscando cosas para su celo.

Encontró una manta muy linda, era anaranjada y tenía bordeado un sombrero. Vaya, que coincidencia.

Se la llevo, llevándose también varios supresores y algunas que otras cosas.

Al ver que comenzó a anochecer, camino hacia el barco, soltando un tarareo bajo y pensando en su alfa.

Dijo que estaría con él en dos días, ya paso uno. ¿Se atrasaría, tal vez?

Frunció el ceño ante eso, no le gustaba la idea de que el hombre se atrasara más de lo previsto.

Soltó un suspiro cansado, debía entender que su alfa no era un simple pirata poco reconocido.

A veces desearía amarrarlo y no soltarlo nunca.

Llegó al barco, entrando sus cosas a su habitación y salió a la cocina, viendo Thatch cocinar.

—¿Qué haces?—Preguntó.

Thatch salto, mirándolo con una mueca de disgusto.

—¡Hombre! Me asustaste—Exclamó.

Ace rio con humor, dándole unas palmadas en la espalda.

—¡Que asustadizo eres!—Dijo con buen humor, robándole un poco se lo que hacía.

Thatch golpeo su mano, haciendo que soltara un quejido e hizo un puchero molesto.

—¡Deja de robar comida y espera que este! Por Dios amigo, eres un glotón—Acusó.

Ace se encogió de hombros, una sonrisa socarrona tirando de sus labios cuando dijo las próximas palabras.

—No sabes como le gusta a mi alfa que sea así—Dijo divertido, alzando sus cejas con insinuación.

Thatch hizo cara de asco y lo saco a patadas de la cocina, ganándose una carcajada estruendosa. Era divertido molestar a Thatch.

Camino hacia su habitación, notando que todos parecían haberse ido al pequeño pueblo y otros estaban durmiendo. Su padre estaba descansado en su habitación.

Entro a su habitación y notó los carteles de recompensa de su alfa, sonriendo levemente al verlos.

Mordió su labio inferior y soltó un pequeño sonido.

Se acostó en su cama, el sueño siempre parecía llamarlo. Debía tomar su medicación para la narcolepsia, nunca se acordaba de tomarla.

Se encogió de hombros, el sueño arrancando todo rastro de conciencia.

Y con eso, quedo dormido en un profundo sueño.





Su sueño no duró mucho.

Lazos ocultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora