Presente

331 62 10
                                    

Sabo despertó de sobresalto.

Miró a su alrededor, notando que estaba en una cama cómoda, donde había dos personas en la habitación, hablando lo más bajo que podían.

Pero no podía recordar como llegó allí.

Una risa ligera recobró sus sentidos y se levantó, viendo a Ace y Luffy, ambos con una sonrisa en sus rostro.

Le dirigió su mirada a su hermano mayor alfa, quien parecía tan enternecido por el omega en sus manos, dándole un suave beso en su frente.

—Dejemos que Sabo se despierte—Murmuró Ace, entrecerrando sus ojos con una sonrisa.

Sabo sonrió levemente ante la pareja y carraspeo, obteniendo rápidamente miradas hacia él.

—Ya estoy despierto—Informó.

Y eso basto para que una gran sonrisa se formará en el rostro del alfa.

—¡Cachorro!—Exclamó, sus ojos brillando de felicidad.

No duró mucho para que Luffy estirara sus brazos y lo abrazara con fuerza, dejando que su cabeza descansará en su amplio pecho.

La diferencia de altura siempre lo dejaba pensando.

Sintió manos en sus cabellos, echándolo hacia atrás y raspando su cuero cabelludo. Soltó un pequeño gruñido complacido, cerrando sus ojos con felicidad.

—Nuestro cachorro cada vez va más alto—Dijo Luffy.

Había queja en su voz, dejando que su mentón descansará sobre los cabellos rubios. No quería que su “cachorro” creciera de más, siempre lo recordará como ese niño de seis años que buscaba su atención.

Ace sonrió y negó, el omega rubio siempre será un niño para ellos y eso estaba claro.

—Creo que ya no es nuestro pequeño cachorro—Dijo Ace con burla, riéndose del ceño fruncido de Sabo.

—¡Sigue siendo nuestro pequeño cachorro!—Defendió Luffy, apretándolo más en su abrazo.

Sabo sonrió triunfante, sacándole la lengua a su hermano mayor omega. Ace puso los ojos en blanco y apretó su nariz contra sus dedos, negando con proclividad.

Una idea llegó a su mente y sonrió con burla.

—¿Qué harás cuando tengamos nuestros cachorros?—Preguntó, tocando su vientre con intención.

Sabo abrió sus ojos con sorpresa y se apretó contra su hermano mayor, quien rio feliz ante eso y se dejó hacer, dejando que su omega molestara al blondo.

—¡No pueden dejarme todavía!—Expresó, un puchero en sus labios—¡Ustedes dijeron que todavía era su cachorro!—

—Tienes diecinueve años—Burló Ace.

El omega azabache camino hacia la cama, dejándose caer para soltar un bostezo. Sabo gruñó lastimero, mirando a su hermano alfa de forma llorosa.

—Lu—Se quejó—Ace está siendo malo—

Luffy rio, caminando hacia la cama con el rubio a su lado, mas quiso seguir la broma de su esposo, acostándose en la cama y dejando al rubio en el medio, como siempre.

—Estas creciendo, así que dejaras de ser nuestro cachorro y tendremos que buscar uno—Contuvo su risa, notando que Ace también lo hacía.

—Ustedes son tan malos—Se quejó—¡No pueden botarme así!—Reprochó.

Ace tarareo, nunca se le paso por la cabeza tener un cachorro propio, creía que era un trabajo tedioso y de mucha responsabilidad. No cree ser un buen padre, además tiene a Sabo.

Lazos ocultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora