Vuelta al pasado

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Un niño era llevado desde el cuello por un hombre corpulento.

Su altura intimidada a cualquiera y su casta siempre era demandante; un alfa dominante, que con sólo una mirada, te haría caer de rodillas.

Pero ahora, llevaba a un niño desde la nuca, con una gran molestia encima.

Y su voz resonó, era alta y clara.

—¡Sólo me fui casi un año! ¡Y ya causaste problemas!—Acusó el hombre.

El cachorro se estremeció levemente, pero frunció el ceño de forma enojada al sentir la forma que lo llevaban.

¡No era su culpa! Shanks fue tan buena persona, pero ahora se había ido y Luffy quedó solo.

Odia la soledad más que nada en el mundo, desearía dejar de sentirla tan vívidamente cada día que coexistía.

—¡Bájame!—Gruñó, tratando de sacar su nuca de las garras del hombre.

Garp gruñó, nada contento del hecho de que su nieto tuviera el sombrero de Akagami, ¡menos que quisiera ser un pirata!

Odiaba que Akagami haya llegado a corromper a su nieto.

—¡No te quedarás aquí! Iras con los bandidos, a ver si así te recompones—Resopló, ignorando las quejas.

Fue llevado en contra de su voluntad, aún cuando luchaba y rasgaba el brazo de su abuelo para que lo dejara en paz.

Al llegar, sus dientes rechinaban, pero a su vez, ardían.

Era delirante.

—¡No puedes traer otro niño aquí! ¡Ya es suficiente con el otro mocoso!—Señaló la mujer alfa, se veía cansada.

Luffy frunció el ceño y negó, alejándose de ambos y mirando alrededor. Una sonrisa tiró sus labios cuando vio a otro niño sentando en una roca, su cara inexpresiva y ojos oscuros.

Se acercó a él, hasta que escuchó un gruñido que lo alertó. Sus ojos conectaron y eso fue todo.

Eso fue todo para que Luffy, a su corta edad, supiera quien era de forma inconsciente e inexplicable.

Ambos quedaron sorprendidos, uno más que otro. Entonces, el omega pecoso dio un paso atrás, dándose la vuelta y huyendo de él.

Pánico. Pánico. Pánico.

Luffy lo vio irse, parpadeando tontamente, tocando su pecho, donde su caja torácica a penas sostenía a su retumbante corazón.

—¡Luffy! ¡Ven acá!—Gruñó el viejo, tomándolo del cuello de nuevo—¡Estarás aquí! ¡Entrena lo que te enseñé! Te servirá para ser un buen marine—

Luffy protestó, dejando que el hombre mayor se fuera, su corazón todavía impresionado por la presencia del pecoso.

¿Qué significaba eso?

Se dio la vuelta, ignorando a la mujer que le explicaba las reglas de su morada. Camino un poco o y olfateo el aire, buscando indicios de olor, mas no encontró absolutamente nada.

Cierto, no se habían presentado.

A Luffy sólo le faltaban dos años, ¿Cuántos le faltaba al omega?

Luffy tenía diez años, a los doce tenía su primer rut, lo cual era extraño. ¡No entendía eso! ¿Para que un rut para saber si eres omega o alfa?

Luffy sabía que era un alfa, nació siendo uno dominante, sin olor hasta su primera rutina. Así que, bueno, realmente no le parecía muy interesante tener un rut. Vio que Makino sufría mucho por ellos.

Lazos ocultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora