MateoLa casa estaba en calma, con el murmullo de las conversaciones de fondo mezclado con la tranquilidad de la noche. La mayoría de los chicos ya se habían ido a sus habitaciones o se habían acostado en los sillones. Yo me quedé en el salón, aprovechando el momento para darme un respiro. La fiesta había sido animada y el ambiente relajado, pero no podía sacarme de la cabeza la preocupación por Ámbar.
Me quedé en el sofá, observando cómo el fuego en la chimenea se iba apagando lentamente. Había algo en la manera en que Ámbar se comportó durante la noche que no me gustaba. Sabía que no estaba completamente cómoda, y aunque ella intentó disimularlo, no pude evitar notar los momentos en que su mirada se perdía, o cuando se veía tensa en ciertas situaciones. La preocupación en su rostro no se me escapaba.
Me levanté, me estiré y decidí dar una vuelta por la casa, quizás darme un poco de aire fresco en el patio trasero. Cuando estaba en la puerta, escuché un ruido sordo, un golpeteo en la puerta principal. Mi instinto me hizo reaccionar. Fui hacia la entrada para ver qué estaba pasando, pero antes de llegar, vi a Tiago viniendo hacia mí, con una expresión de preocupación en su rostro.
—Mateo, hay algo raro. Parece que alguien está en la puerta —me dijo, y yo asentí, preparándome para cualquier cosa.
Nos dirigimos juntos hacia la entrada. El golpeteo se hizo más fuerte y más insistente. Cuando abrí la puerta, lo último que esperaba ver era a Tomás, con una expresión de rabia en su rostro y una actitud amenazante. No pude evitar tensarme al instante. Había visto a Tomás antes, pero nunca en un estado tan fuera de control.
—¿Qué hacés acá? —le pregunté, tratando de mantener la calma, pero sabiendo que la situación no era buena.
—¿Dónde está Ámbar? —su voz era dura, casi como un gruñido. La rabia en sus ojos era palpable, y no necesitaba ser un genio para saber que no estaba allí para charlar.
—No la vas a encontrar aquí. No es el lugar para que vengas a buscarla —le respondí, manteniéndome en la puerta y tratando de no dejar que pasara.
—¿Qué te importa a vos? —me espetó, empujándome para entrar. Yo resistí, pero sentí cómo la furia en su voz intentaba romperme. Me posicioné en la entrada, tratando de mantenerlo fuera, cuando vi a Ámbar asomándose desde el pasillo, claramente alarmada.
—Tomás, por favor, te lo pido, te vas a ir. No tienes nada que hacer aquí —le dije, con un tono más firme. No sabía qué podía hacer si se ponía violento, pero no podía dejar que llegara a Ámbar.
—¡Hija de puta! ¡Ya sé que estás aquí! —gritó Tomás, avanzando hacia el interior de la casa. Ámbar trató de dar un paso atrás, pero estaba demasiado aterrorizada para moverse con libertad.
Antes de que pudiera reaccionar, Tomás estaba alzando el brazo, como si fuera a golpear a Ámbar. Mi cuerpo reaccionó de inmediato. Me lancé hacia adelante, interponiéndome entre ellos justo a tiempo para bloquear el golpe. Sentí el impacto de su puño contra mi brazo, el dolor punzante que me hizo apretar los dientes, pero no me moví. Miré a Tomás a los ojos con una determinación feroz.
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IKIGAI
FanfictionIKIGAI.- lo que le da el significado y alegría a tu vida; la razón por la que te levantas cada mañana. Donde Ámbar, más conocida como, Ambix, logra ver que no todos los amores son iguales a los de sus padres y sus parejas. Donde Trueno, le enseña...