Mateo
Las semanas pasaban, y aunque el tiempo parecía ser un bálsamo para las heridas de Ámbar, las redes sociales no dejaban de presionarnos. Los rumores se hacían cada vez más intensos y las comparaciones con la ex de Mateo, Nicki Nicole, se volvían insoportables. La gente en internet era implacable, y Ámbar, aunque intentaba mostrarse fuerte, estaba claramente afectada. Pero nunca me lo decía directamente.
Había notado cómo Ámbar había empezado a usar menos el celular cuando estábamos juntos. Solía ser ella quien nos sacaba una foto en cada lugar que visitábamos o comentaba con entusiasmo sobre algo que había visto en Instagram, pero eso había cambiado. Las primeras veces lo atribuí al estrés de todo lo que había pasado con Tomás y al hecho de que aún se estaba adaptando a vivir conmigo en La Boca. Pero pronto me di cuenta de que había algo más.
Una noche, mientras estábamos viendo una película en el living, vi cómo Ámbar se tensaba cuando su teléfono vibró sobre la mesa. Lo tomó rápidamente y, después de una rápida mirada, lo dejó boca abajo. La película seguía, pero yo no podía concentrarme. Mi mente estaba en ese mensaje y en la expresión que había cruzado su rostro, tan fugaz, pero tan reveladora.
—¿Todo bien? —le pregunté, tratando de sonar despreocupado.
—Sí, todo bien —respondió con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.
No quise presionarla, pero mi preocupación crecía.
Los comentarios que veía en las redes sociales eran cada vez más difíciles de ignorar. La gente no dejaba de comparar a Ámbar con Nicki, como si su valor estuviera determinado por esa relación pasada que ya no tenía nada que ver con nosotros. Comentarios como "Nicki era mejor para Trueno" o "Ámbar no es más que una copia barata" se repetían, alimentando una narrativa que no tenía nada que ver con la realidad.
Una tarde, cuando Ámbar había salido a comprar algunas cosas, tomé su teléfono que había dejado cargando. No suelo hacer esto, pero algo dentro de mí me impulsó a revisar sus notificaciones. Y ahí estaban, los comentarios y mensajes directos llenos de odio, de comparaciones crueles, de gente que no conocía nuestra historia y que no tenía derecho a juzgarla. Sentí una rabia profunda, no solo por las palabras que le dirigían a Ámbar, sino porque ella había estado lidiando con esto sola, sin decirme nada.
Esa noche, mientras cenábamos en la mesa de la cocina, no pude contenerme más.
—Ámbar, tenemos que hablar —dije, dejando los cubiertos a un lado.
Ella levantó la vista, sorprendida por mi tono serio.
—¿De qué querés hablar? —preguntó, con un dejo de nerviosismo en su voz.
—De todo esto —respondí, señalando su celular que estaba sobre la mesa—. Sé que te están afectando los comentarios en las redes. Lo vi hoy. Y no entiendo por qué no me dijiste nada.
Ámbar bajó la mirada, jugueteando con el borde de su plato.
—No quería preocuparte... —murmuró—. Sabía que ya estabas lidiando con mucho, y no quería ser una carga más.
Me acerqué y le tomé la mano, obligándola a mirarme a los ojos.
—Mi vida, vos nunca serías una carga para mí. Estamos en esto juntos, ¿no? —dije suavemente—. Si te duele a vos, me duele a mí. Y no pienso quedarme de brazos cruzados mientras te atacan.
Ella asintió, y pude ver las lágrimas acumulándose en sus ojos. Mi corazón se rompió un poco al ver cuánto había estado guardando para sí misma.
Decidí que ya era suficiente. Esa misma noche, después de que Ámbar se fue a dormir, me senté en la computadora y comencé a escribir un comunicado, ya que el anterior no fue suficiente. Quería poner fin a las especulaciones y comparaciones de una vez por todas. No era solo por nosotros, sino también por proteger a Ámbar de este acoso constante.
Mis dedos se movían rápidamente sobre el teclado mientras las palabras fluían, cargadas de la determinación de alguien que había tenido suficiente. Sabía que no podía ser demasiado directo sobre nuestra relación, especialmente porque Tiago, su hermano mayor y mi amigo, aún no sabía nada. Pero también sabía que tenía que dejar en claro que Ámbar merecía respeto y que no permitiría que la compararan injustamente.
Cuando terminé, leí el comunicado en voz alta para asegurarme de que transmitía el mensaje correcto:
Hola a todos,
Quiero tomarme un momento para hablar sobre algunas cosas que han estado circulando últimamente. Entiendo que las personas tienen curiosidad, pero quiero ser claro en esto: Ámbar y yo estamos atravesando una situación complicada, y pido que se respete nuestra privacidad. Las comparaciones con personas del pasado no tienen cabida aquí. Todos merecemos ser vistos por lo que somos, no por lo que otros creen que deberíamos ser.
Les pido que dejen de hacer comentarios que no reflejan la realidad y que respeten a Ámbar como la persona increíble que es. Nadie debería ser sometido a este tipo de presión ni a la crueldad que he visto últimamente en las redes. Gracias por su comprensión y por el apoyo.
Atentamente, Mateo
Después de una última revisión, publiqué el comunicado en todas mis redes sociales. El silencio que siguió fue ensordecedor, pero a medida que los comentarios comenzaron a llegar, supe que había tomado la decisión correcta. La mayoría de la gente reaccionó positivamente, apoyándonos y pidiendo respeto para Ámbar. Sin embargo, no todos estaban dispuestos a dejar el tema tan fácilmente. Pero lo importante es que, al menos, había dado un paso para protegerla.
A la mañana siguiente, me desperté con Ámbar aún dormida a mi lado. Me quedé observándola, preguntándome cómo alguien tan fuerte podía verse tan frágil en esos momentos. Cuando finalmente se despertó, le mostré el comunicado que había publicado.
—Lo hice por nosotros. No sé si cambiará algo, pero tenía que intentarlo —le dije, buscando su reacción.
Ella leyó el comunicado en silencio y luego me miró con una sonrisa agradecida.
—Gracias, Mateo. Significa mucho para mí.
Nos abrazamos, y en ese momento supe que había hecho lo correcto. Pero también sabía que esto era solo un paso en un camino largo y complicado.
A lo largo del día, no pude evitar preguntarme: ¿Habría hecho suficiente para protegernos de la tormenta que se avecinaba? ¿O este comunicado sería solo el comienzo de una batalla más grande por nuestra privacidad y nuestra paz? Y lo más importante, ¿cuánto tiempo más podríamos mantener nuestra relación en secreto, especialmente con Tiago cada vez más cerca de descubrir la verdad?
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IKIGAI
FanfictionIKIGAI.- lo que le da el significado y alegría a tu vida; la razón por la que te levantas cada mañana. Donde Ámbar, más conocida como, Ambix, logra ver que no todos los amores son iguales a los de sus padres y sus parejas. Donde Trueno, le enseña...