My Fake Boyfriend | Mario Götze

1.- La propuesta

     -En serio lo lamento.

Soy una estúpida.

Esta es la segunda vez, en esta semana, que se me cae una bebida encima de alguien. En esta ocasión, tiré una limonada encima de una adolescente que, honestamente, parece una perra...en el buen sentido de la palabra... ¿Hay un buen sentido? Creo que sí.

-Quiero ver a tu superior-Aquí vamos-Supongo que todo mi almuerzo será gratis debido a tu idiotez-continúa reprochándome mientras intento limpiar el desastre en su pantalón y en la mesa con la ayuda de varias servilletas y un trapo-¿Es que tus pies están descoordinados?

Mis pies tienen la culpa. ¡Eso es!...Perra.

La verdad es que siento que voy a explotar. ¿Cómo puedo ser buena en algo que no me gusta? Y es que nunca he querido ser camarera. Mi sueño es actuar y ser protagonista en la pantalla grande. Trabajar actuando, vivir de la actuación...pero no.

Esta es mi triste realidad.

-Espero que te descuenten el sueldo-su mirada no disminuye de intensidad-¿Te has vuelto muda? ¡Di algo!

Dejo de limpiar y la miro fijamente.

Odio que me hablen así. Sé que tuve la culpa por ser tan tonta y probablemente su pantalón esté arruinado ahora, pero me he disculpado y creo que respetos guardan respetos.

Respiro hondo y justo antes de hacer mi descargo alguien me interrumpe.

-¿Pasa algo, Lucy?

El alivio recorre mi cuerpo al notar que no es mi jefe, al contrario, es mi mejor amigo.

-Ma-ma-Mario-la chica que me gritaba con total confianza, ahora tartamudea-Go-Go-Götze

Mario sonríe con amabilidad-Lamento que mi amiga te haya arruinado el pantalón. Discúlpala, es muy torpe.

-¿Yo torpe?-volteo indignada a mirarlo. Mario me da un codazo en el estómago haciéndome callar debido al ligero dolor.

-No-no importa-parece que la chica se va a desmayar-Solo fue un accidente-Su sonrisa es verdadera cuando ve a Mario pero cuando voltea a mirarme su expresión es de asco-Tráeme la cuenta.

Le lanzo una mirada molesta.

-Lucy, apúrate-Mario me empuja sin ninguna delicadeza, como siempre-Los chicos y yo estamos esperando a que nos atiendas-señala una mesa muy cercana en la que se encuentran sus amigos y luego se va para allá.

Después de haberle dado la cuenta, la muchacha pagó y, como lo esperaba, se fue sin darme un solo centavo de propina. Me lo merezco.

Resignada me dirijo a la mesa en la que Mario y algunos conocidos están conversando.

-Al fin llegas, muero de hambre-comenta Thomas mientras pasa la mano por el estómago.

-Lo siento. Tuve un problemilla con una cliente-hago una mueca.

-Tienes suerte que te salvé de nuevo-Mario sonríe con superioridad.

-Como todo un héroe-digo sarcásticamente.

...

            -Dicen que si caminas con un libro en la cabeza mejoras tu equilibrio.

-Cierra la boca-digo divertida mientras Mario maneja hacia mi apartamento para que los dos comamos algo. Es algo típico que hacemos los viernes por la noche-No me hagas recordar de lo que pasó ayer.