Error. [ Gema L. x Patrick L.]

¿Más?

A las 9 de la mañana Patrick llegó a su hogar.

Introdujo la contraseña y abrió la puerta.

Buscó con rápidez a su esposa.

-Kendrick?

El niño estaba sentado contra la puerta del baño.

-¡Papi!

Patrick se acercó y tocó la puerta con fuertes golpes.

-¡Gema!

Gema que estaba vomitando casi se atraganta con su propio vómito.

¿Patrick?

Ella siguió vomitando sin querer ignorar a su esposo e hijo pero sin poder evitarlo.

-Kendrick ve a la sala y trae las llaves.

-¡Sí, papi!

Kendrick fue corriendo a la sala y buscó las llaves.

Patrick se quedó esperando con los brazos cruzados.

Cuando Kendrick volvió Patrick encontro el número de la llave que indicaba a qué puerta pertenecía.

Abrió sin dudar la puerta e ingresó.

Gema se estaba lavando la boca y las manos cuando ingresaron al baño.

-¿Amor, qué tienes?

-¿Patrick, qué haces aquí? Creí que vendríad dentro de dos semanas.

-¿Cómo no voy a venir si mi hijo me llama diciendo que algo le sucede a su madre?

Gema miró a su hijo que la miraba con preocupación.

Suspiró y se levantó un poco la remera.

-Estoy embarazada y estoy teniendo los malestares. No me pasa nada.

Los dos hombres se quedaron estáticos al oír tremenda noticia.

-Voy a ser hermano mayor?

-¿Volveré a ser papa?

-Sí.

Ella se mojó la cara intentando recuperarse.

Sintió como la abrazaban por detrás.

-Gracias, gracias, gracias.

Hace un año atrás él le había pedido hijos de nuevo. Pero Gema le dijo que lo iba a pensar.

Patrick se quedó con la esperanza de volver a ser a su esposa embarazada.

Gema sonrió con ternura.

-¿Cuándo te he negado algo, esposo mío?

Ella abrazó a su esposo y luego a su hijo.

Los dos rebosantes de alegría. Olvidando por completo que estaban preocupados.

Patrick sirvió el desayuno que había preparado Gema y empezaron a comer con entusiasmo.

-Volveras a irte?

-No. Me quedaré, después de todo iba a venir.

-¡Podemos comprar cosas para mi hermanito!

-Hermanitos.

Patrick abrió los ojos enormementes.

-Son tres.

La boca de Kendrick se abrió exageradamente.

-¡¡Tres!!

Gema rió ante la graciosa expresión de su hijo y su esposo.

-Sí, son tres y tengo tres meses. Se supone que iba ser una sorpresa.