Celos.

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Esa mañana desperté sintiéndome extremadamente cómoda en los brazos de Jarek. ¿Cómo es posible que estés acostumbrada a dormir sola y que de repente alguien se duerma abrazado de ti y no te moleste y para colmo te haga sentir bien? No creo que sea normal que me haya gustado tanto, pero tampoco es que me queje por eso.

Mientras uno de sus brazos rodeaba mi cintura para atraerme más hacia él de forma posesiva toda la noche, él otro estaba debajo de mi cuello trabajando como la mejor de las almohadas. La sensación de su pecho pegado a mi espalda era cálida y cómoda. Ni siquiera tuve tiempo de molestarme por sentir su respiración en mi cuello; tampoco podía pensar en otra cosa que no fuera lo segura que me sentía entre sus brazos, era como si perteneciera ahí.

Me levanté con sumo cuidado de no despertarlo. Me di una ducha y me cambié para ir al entrenamiento, aunque hoy no podía realizar los ejercicios por lo menos iría a ver que tal le va a Ashley en su combate. Es la hermana de Santiago a penas va a cumplir 18 y va a tener su primera transformación por lo que nos conocimos en el campo de entrenamiento y nos hicimos amigas mientras Santi me ayudaba a entrenar también.

Me vestí con uno de los conjuntos que más me gustan. Y me dirigí a la cocina a desayunar.

 Y me dirigí a la cocina a desayunar

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- Ali... ¿como te sientes? ¿Cómo te trató el gruñón de mi hermano?- James se encontraba sentado en la mesa de la cocina junto a nana.

- mucho mejor... y en realidad no es gruñón conmigo.-
James levantó una ceja y luego sonrió con picardía.

- Con que ... ¿contigo no ehh?-
la nana comenzó a reír a carcajadas y pues bueno mi cara estaba... caliente....
- ¿y dónde dejaste a esa bola de celos?

- Está dormido todavía.

- ¿Durmiendo a estas horas? ¿Tan bueno es tener mate? Oh... está cargando energía para las próximas noches que va a pasar en vela...-
la sonrisa traviesa de James se ensanchaba mientras nana seguía riendo a carcajadas. Ahora si mi cara debe ser un tomate, así que me propuse hacer lo que cualquiera en mi lugar haría, ..... huir.

- ¿Me acompañas hoy?- puse el mejor puchero que pude.

- ¿Piensas ir en ese estado?- frunció el ceño con una expresión preocupada.

- Solo quiero ver como le va a Ashley y así coger aire fresco, no soporto estar encerrada tanto tiempo sin hacer nada.

- Si es así te acompaño. No quiero que vayas sola, pero tampoco te voy a dejar entrenar, necesitas descanso.

Asentí satisfecha de haber cambiado el tema fácilmente. Terminé mi desayuno y partimos hacia el campo de entrenamiento.

Santiago estaba corriendo un poco para calentar antes de su entrenamiento diario. Se lo estaba tomando muy en serio, ya que estaba muy feliz de que su alfa estuviera de regreso luego de haber estado apartado de la manada por su enfermedad.
Y no era para menos, la verdad es que James había mejorado muchísimo y había empezado a retomar sus actividades como alfa poco a poco.

Mi AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora