Lunaris no podía procesar lo que acababa de ver; sus pensamientos estaban llenos de dudas sin respuesta. En la cueva solo estaban él, el cuerpo sin vida de Tyrus, y Kurt, quien había aterrizado sobre una telaraña que amortiguó su caída.
Lunaris se acercó al lugar donde estaba Kurt, liberándolo de las telarañas que envolvían su imponente figura.
—Despierta, Kurt. Tienes que despertar —decía Lunaris mientras la conciencia de Kurt regresaba.
—¿Dónde... estoy? —preguntaba Kurt mientras abría sus ojos lentamente.
—Lo lograste, Kurt. Pudiste vencer a Tyrus —Lunaris no paraba de saltar y bailar de la felicidad.
—No puedo moverme, Lunaris. Siento mi cuerpo muy pesado —parecía que Kurt aún se estaba acostumbrando a su nuevo cuerpo musculoso.
Lunaris arrastró con mucho cuidado a Kurt. Después de un rato, Kurt pudo moverse, aunque aún no podía caminar.
—Kurt, te quería preguntar algo —la voz de Lunaris cambió drásticamente, se escuchaba serio y preocupado.
—¿Qué cosa, Lunaris? —Kurt estaba algo interesado por la pregunta de Lunaris.
—¿Quién es Elden? —Cuando Lunaris hizo la pregunta, inmediatamente un silencio invadió el lugar.
Tras doce largos segundos de silencio, Kurt empezó a reírse sin ningún motivo aparente. Posiblemente nunca se había reído tanto en toda su vida.
—¿Qué tiene de divertido? —Lunaris no entendía la extraña actitud de Kurt.
—Ja, ja, ja. No estás preparado para la respuesta —la actitud de Kurt era rara, pero su respuesta lo era aún más. Lunaris no comprendía la respuesta de Kurt y sentía gran curiosidad por saber quién era Elden.
—Vamos, Kurt. Soy un Aracoflyx muy fuerte —dijo Lunaris mientras posaba heroicamente.
—No estás preparado para saber quién es; nadie lo está —la mirada de Kurt estaba perdida en las grandes telarañas de la cueva, una gran sonrisa se dibujaba en su rostro. —Ni los Dioses lúcidos la aceptan.
Las preguntas de Lunaris solo crecían, pero se cansó de buscar la respuesta. Después de mucho tiempo, Kurt por fin pudo acostumbrarse a su nuevo cuerpo. Lo primero que hizo fue levantarse e irse sin decir una sola palabra.
—¿Eh? Espera, Kurt. ¿Adónde vas? —Lunaris ya no entendía nada de lo que estaba pasando.
—Voy a encontrar la salida de estas horribles mazmorras. Aquí se dividen nuestros caminos, no trates de seguirme —la forma de hablar de Kurt era seria y fría, parecía una persona completamente diferente.
—Vamos, Kurt. No exa...
—¡No, Lunaris! —el grito de Kurt fue aterrador, retumbó en toda la cueva. —Este es el fin de nuestro viaje, Tyrus ya no vive y los Aracoflyx son libres.
—Pero... —las lágrimas de Lunaris se hacían presentes en su rostro.
—Los Aracoflyx son una raza longeva, viven aproximadamente 500 años.
—¿Qué tiene que ver eso con la conversación? Además, ¿cómo sabes eso?
—Es probable que en un par de siglos encuentres a alguien de mi descendencia. Lo reconocerás al verlo portar esta daga —Kurt desenvainó su espada y la levantó en el aire, su pose mostraba respeto hacia su imagen.
—Eso es una espada, Kurt —Lunaris a este punto pensaba que la cordura de Kurt había bajado a niveles descomunales.
—Ja, ja, ja. Lo que tú digas, Lunaris. Saluda a mi descendiente —la figura de Kurt desapareció en la oscuridad de las mazmorras.
Lunaris se percató de que Kurt había dejado algo tirado en el rocoso piso: era el mismo colgante que Kurt encontró en el túnel. Lunaris decidió quedarse con el objeto y también decidió no seguir el rastro de Kurt para ir con los Aracoflyx.
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Dungeons and Hunger
FantasyEn el reino de Aldoriah, el festival Dungeons and Hunger desafía a 100 participantes a sobrevivir en mazmorras subterráneas llenas de peligros. Despojados de todo recurso, deben encontrar su camino hasta la "Escalera al Cielo". Acompaña a Kurt Cape...